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El regreso más esperado: Di María volvió al Gigante y lo hizo en familia


Foto: Juan José García

Un lunes que quedará grabado para siempre en la historia de Rosario Central. No fue un lunes cualquiera. El 7 de julio de 2025 será recordado como el día en que Ángel Di María volvió a ponerse la camiseta auriazul, volvió a caminar por el césped del Gigante de Arroyito y volvió, también, a emocionarse como un hincha más.

Tras su presentación oficial como jugador del club en conferencia de prensa, y después de entrenar con sus nuevos —o viejos— compañeros en Arroyo Seco, Fideo regaló uno de los momentos más emotivos que se recuerden en los últimos tiempos en Central: entró al campo de juego por el túnel, con la camiseta en la mano y el corazón en la mano también, rodeado de lo que más ama.

Junto a él, su esposa Jorgelina Cardoso y sus hijas, Mía y Pía, fueron parte de ese instante único. Sonrisas cómplices, abrazos eternos y una emoción difícil de explicar con palabras, pero que se le notaba en los ojos. Di María caminó casi hasta el círculo central, se detuvo, miró a las tribunas vacías que ya rugen en su memoria, y posó para los fotógrafos con su familia al lado. Como diciendo: «Acá estoy, volví. Y no estoy solo».