Este viernes los fiscales que investigan el caso dieron detalles de lo ocurrido con el último detenido tras el asesinato de la joven hincha de Central
Este viernes 4 de julio, Damián Reifenstuel fue imputado formalmente por el crimen de Ivana Garcilazo, la joven hincha de Rosario Central asesinada en septiembre de 2023. La audiencia se realizó en el Centro de Justicia Penal de Rosario y dejó al descubierto detalles estremecedores sobre su fuga, su vida bajo una identidad falsa en Bolivia y su posterior captura.
Reifenstuel fue imputado por homicidio agravado por haber sido cometido con ocasión de un espectáculo deportivo, en grado consumado y en calidad de coautor. Tras la imputación, el juez Fernando Sosa dictó prisión preventiva efectiva en la cárcel de Piñero por el plazo de ley. Allí permanece desde su extradición, como detenido de alto perfil.

De Rosario a Bolivia con una identidad falsa
Según reconstruyó el fiscal Lisandro Artacho, tras el crimen, Reifenstuel primero se refugió en San Nicolás, donde recibió asesoramiento legal. Luego viajó a Salta y cruzó por un paso fronterizo irregular hacia Bolivia. Ya en territorio boliviano, asumió una nueva identidad: se hacía llamar Lucio Rodríguez y trabajaba como maestro en la localidad de Samaipata. Incluso figuraba en el padrón docente de la escuela donde dictaba clases.
La captura fue posible gracias al dato clave de un testigo de identidad reservada, que se comunicó con las autoridades y permitió su detención cinco días después. La persona que aportó esa información ya cobró la recompensa de 10 millones de pesos ofrecida por el gobierno santafesino.

“Todos tiraron piedras y todos son coautores”
En la audiencia, Artacho remarcó que existen al menos cinco testigos que ubican a Reifenstuel junto a los otros dos imputados —Ariel Cabrera y Juan José Massón— en la esquina donde fue agredida Ivana. Uno de esos testigos lo identifica como “el hombre del buzo rojo” que arrojó la piedra que impactó en la cabeza de la joven canalla.
“Todos hicieron un aporte esencial. Todos tiraron piedras. Todos son coautores del homicidio”, sostuvo el fiscal.
Si bien la Fiscalía considera que el crimen tuvo motivaciones de odio —por tratarse de una mujer hincha de Rosario Central—, Artacho explicó que el Código Penal argentino no contempla este tipo de homicidios dentro de los que ameritan prisión perpetua, como sí ocurre en casos de odio racial, religioso o de género. Por eso, la pena máxima en expectativa para los imputados es de 35 años.

Lo que viene
El juicio por el crimen de Ivana Garcilazo comenzaría en octubre, cuando se cumplan dos años de la prisión preventiva del primer detenido en la causa. Para Cabrera y Massón, la Fiscalía ya pidió 30 años de prisión, mientras que la querella solicitó 34. Resta definir el pedido concreto para Reifenstuel, pero la acusación apunta a la misma calificación legal.
Mientras tanto, la familia de Ivana sigue reclamando justicia. En la audiencia de este viernes, su hermana Silvina expresó: “A Ivana la odiaron por ser de Central y por ser mujer. Nosotros estamos muertos en vida. Dejé mi vida para encontrar a Reifenstuel”.
