Especialistas advierten que la recesión empieza a notarse en la ciudadm, con comerciantes que ya optan por achicarse
Sin cierres masivos, pero con una baja persistente de persianas. Esa es la postal que empieza a dibujarse en el centro de Rosario, donde el impacto de la recesión se traduce en locales vacíos, carteles de mudanza y comerciantes que optan por achicarse o directamente abandonar el formato físico.
La caída del consumo, el aumento de tarifas, los alquileres en alza y la retracción general del mercado interno comienzan a hacer mella en el entramado comercial de la ciudad. Desde la Municipalidad advierten que el fenómeno ya golpea las arcas públicas: en mayo, la recaudación del Derecho de Registro e Inspección (Drei) cayó un 20% respecto del mes anterior.
Números en rojo y señales de alarma
Según el Indicador Mensual de Facturación municipal, marzo registró un retroceso del 5,1% interanual y desde diciembre la actividad acumula una baja de casi el 2%. El comercio, que representa el 40% de la economía local, es uno de los sectores más afectados.
“Pega fuerte la recesión. Los alquileres se estabilizaron, pero no hay ventas”, reconoció un funcionario del Palacio de los Leones. Y aunque por ahora los cierres son «por goteo», la tendencia preocupa.
“Si no hay un pacto a la baja en los alquileres y tarifas, esto es un certificado de defunción para muchos pequeños comercios”, alertó Ariel D’Orazio, de la Concejalía Popular, en declaraciones a La Capital.
Mudanzas, achiques y e-commerce
Muchos comerciantes optan por trasladarse a zonas más económicas, reducir metros cuadrados o volcarse directamente al comercio digital. “La caída del consumo no da margen para sostener gastos fijos altos. Si aumentás precios, vendés menos. Es un callejón sin salida”, graficó D’Orazio.
Desde el Colegio de Corredores Inmobiliarios, en tanto, observan el fenómeno como un “reordenamiento” del centro. “Ya no se necesitan tantos metros cuadrados. Todo se negocia: precio, condiciones, plazos. Un local vacío no le sirve a nadie”, explicó Alejandro Bassini, del Cocir, que prepara un nuevo relevamiento de vacancia comercial para julio.
¿Estabilización o caída?
Para algunos referentes del sector, lo que viene es una “estabilización a la baja”. Menos consumo, menos locales, menos estructura. “Vamos camino a una polarización fuerte: una clase alta que accede a todo y una baja que sobrevive. Desaparece la clase media y con ella el comercio como lo conocimos”, opinó un comerciante del centro.
El pronóstico es crudo: “Esto no es un reacomodamiento pasajero, es una caída sostenida. Lo que se viene es una economía del sálvese quien pueda”.
