El joven nadador rosarino que sufrió una gravísima lesión está alojado en un centro a 40 kilómetros de Rosario
El joven nadador rosarino Matías Bottoni, surgido del club Echesortu, comenzó una nueva y esperanzadora etapa de rehabilitación en el centro Aprepa de San Jerónimo Sud, luego de haber sido derivado del Instituto Fleni de Buenos Aires. El deportista sufrió un grave accidente durante una competencia nacional el pasado 10 de mayo y, desde entonces, atraviesa un extenso proceso de recuperación.
Tras una experiencia desfavorable en el Fleni, donde su familia denunció deficiencias en la infraestructura y en la atención, Matías fue trasladado la semana pasada al centro santafesino, ubicado sobre la Ruta 9, a solo 40 kilómetros de Rosario. Su madre, Valeria, definió el cambio como “un volver a empezar más cerca de los afectos”.
En su primer día en Aprepa, Bottoni ya realizó ejercicios en el gimnasio y al día siguiente tenía definido un plan integral de rehabilitación. Las jornadas son intensas: comienza con actividades a las 8, almuerza y descansa al mediodía, y retoma el tratamiento hasta pasadas las 18. “Se la re banca”, expresó su mamá al diario La Capital sobre el compromiso y la voluntad del joven de 17 años.
El entorno familiar también se reorganiza: Valeria y la novia de Matías, Martina, se alojan cerca del centro, mientras que su padre, Luciano, se reparte entre San Jerónimo y Rosario, donde continúa con la rutina escolar de su otro hijo, Juan Ignacio. “La gente de oro que tenemos cerca es clave”, señaló Valeria, quien también valoró el trato humano del equipo médico y profesional de Aprepa.
Más allá del esfuerzo físico, Matías también recibe apoyo psicológico, fundamental en los días donde el ánimo decae. El hecho de estar cerca de su ciudad le permitió reencontrarse con su hermano, sus abuelos y amigos, aunque las visitas están reguladas por horarios estrictos.
El accidente que cambió su vida ocurrió cuando se encontraba en el sector de precompetencia del natatorio del Parque Olímpico de Buenos Aires. En un momento desafortunado, saltó al agua y chocó con otro nadador que se cruzaba por el andarivel. La colisión le provocó una fractura en la quinta vértebra cervical, con lesión medular. En cuestión de horas, fue operado en el Hospital Italiano gracias a una campaña solidaria que reunió los fondos necesarios en tiempo récord.
Hoy, la familia Bottoni transita una nueva etapa de esperanza. Desde el corazón del sur santafesino, Matías avanza, paso a paso, con el sueño de una recuperación que lo acerque a la vida que tenía antes del accidente. “Seguimos adelante sin mirar atrás”, dijo su madre, con la fuerza que da el amor y el compromiso inquebrantable por su hijo.
