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Respiro para el Círculo de Sordos: lograron renovar el alquiler de su sede tras semanas de incertidumbre


La institución recibió el apoyo del Banco Municipal como garante

Después de semanas cargadas de angustia, la comunidad sorda de Rosario tiene un motivo para celebrar: el Círculo Social, Cultural y Deportivo para Personas Sordas podrá seguir funcionando en su sede de Lavalle 1415. La renovación del contrato de alquiler se concretó gracias a gestiones de la presidenta del Concejo Municipal, María Eugenia Schmuck, la concejala María Fernanda Rey y la colaboración directa del intendente Pablo Javkin, que facilitaron una garantía de caución a través del Banco Municipal.

La noticia pone fin a una crisis que amenazaba con cerrar un espacio fundamental para la sociabilidad, la formación y el desarrollo cultural de más de 500 personas. “Tenían dificultades para quedarse en su sede, el intendente se reunió con las autoridades del Círculo, ofreció la garantía del Banco y desde el Concejo la gestionamos”, explicó Schmuck. Además, agregó que el cuerpo deliberativo firmará un convenio con la institución para que provea intérpretes de lengua de señas en distintas actividades oficiales, un gesto que, además de sostener el alquiler, reconoce el valor del trabajo que realizan.

La concejala Rey, por su parte, destacó el compromiso asumido: “Estoy muy feliz. Cuando le comenté a Schmuck la situación, no dudó en ayudar. Se necesitaban soluciones, no fotos ni promesas”.

Fin a la cuenta regresiva

La semana pasada, la situación del Círculo de Sordos había generado alarma: el contrato de alquiler vence el 30 de junio, y sin garantías propietarias ni fondos suficientes, todo indicaba que el inmueble debía ser entregado. La entidad, fundada en 1984 y con personería jurídica, afrontaba gastos mensuales cercanos a los 900 mil pesos y no recibe subsidios de ningún nivel del Estado.

“No queremos volver a mudarnos, ya lo hicimos nueve veces en estos 41 años”, había contado con preocupación Adriana Andrada, colaboradora e intérprete. La entidad es mucho más que una escuela de lengua de señas: es un punto de encuentro y contención para personas sordas de Rosario y otras localidades como Casilda, San Lorenzo, Villa Gobernador Gálvez y Armstrong.

Formación, inclusión y redes

Actualmente, el Círculo dicta seis cursos de interpretación, algunos de hasta cuatro años de duración, y ofrece talleres más breves para quienes quieren aprender lo básico. En total, participan alrededor de 150 alumnos. Además, la institución mantiene convenios para enseñar lengua de señas en espacios públicos como la Universidad Nacional de Rosario, el hospital Italiano y la Municipalidad.

Pero el rol del Círculo va mucho más allá del aula. “Aquí la gente se encuentra, festeja cumpleaños, comparte momentos. Es un lugar donde se tejen vínculos que van más allá del lenguaje”, remarcó Andrada.

Un nuevo capítulo con desafíos

El nuevo contrato de alquiler tendrá una duración de tres años. En ese período, la institución aspira a encontrar un espacio definitivo y sustentable. Si bien algunos plantean compartir inmueble con otras organizaciones, en la comunidad del Círculo predomina la idea de que se necesita un lugar propio, con buena conectividad y accesibilidad.

La renovación del contrato es una victoria, pero también una advertencia: la inclusión no puede depender solo de gestos aislados. El Círculo de Sordos es parte de una red nacional de 35 entidades y representa una población históricamente relegada. Sostener este tipo de espacios debería ser una política pública, no una excepción.

Por ahora, la noticia trae alivio y esperanza. Pero también deja en claro que garantizar los derechos de las personas con discapacidad auditiva implica compromisos más profundos y duraderos que una prórroga en un contrato de alquiler.