La Fundación Bunge y Born presentó los resultados del Índice de Confianza y Acceso a las Vacunas (ICAV), que este año alcanzó su mejor recuperación desde la pandemia. Sin embargo, cayó significativamente la cantidad de personas que intentaron vacunarse
La edición 2024 del ICAV, elaborado por la Fundación Bunge y Born, arrojó un aumento tanto en el índice de confianza como en el de acceso a las vacunas. La confianza se ubicó en 86,8 puntos (un 1,9% más que en 2023), mientras que el acceso creció un 2,2%, alcanzando los 69,4 puntos. No obstante, la proporción de personas que intentaron vacunarse cayó del 65,9% al 56,9% en un año.
El relevamiento se llevó a cabo mediante una encuesta estructurada a celulares con sistema IVR, con una muestra nacional de 5.236 personas mayores de 15 años. El estudio tiene por objetivo aportar información estratégica para fortalecer políticas públicas de salud e inmunización.
Confianza: en alza, pero sin recuperar los niveles prepandemia
Aunque el índice de confianza mostró su mejor recuperación desde 2020, aún no logra alcanzar el pico de 93,7 puntos registrado en 2019, lo que representa una baja del 7,4% en cinco años.
Los tres factores que componen el índice —efectividad, seguridad e importancia de las vacunas— reflejan incrementos interanuales, pero se mantienen por debajo de los valores previos a la pandemia:
- 88% cree que las vacunas son efectivas.
- 90,8% las considera importantes para los niños.
- 90,4% confía en su seguridad.
Por regiones, la Patagonia lidera la confianza (88 puntos), seguida por el Centro del país (87,7), AMBA (86,7), NEA (86,5), NOA (86) y Cuyo (84,4). En términos generacionales, los más jóvenes siguen siendo los más escépticos, mientras que el mayor nivel de confianza se registró en el grupo de 51 a 65 años. Por nivel educativo, el patrón se repite: quienes tienen primaria incompleta muestran una confianza de 83,7 puntos, muy por debajo de los 88,7 de quienes cuentan con estudios universitarios completos.
Acceso: más disponibilidad, pero menos vacunados
El índice de acceso se ubicó en 69,4 puntos, mostrando una mejora frente a 2023 pero sin superar el nivel de 2022. La brecha educativa sigue siendo clave: las personas con menor nivel educativo (primaria incompleta) registran un acceso de 61 puntos, frente a los 78,6 de quienes tienen estudios universitarios.
El desglose regional muestra una fuerte disparidad. La Patagonia vuelve a encabezar el ranking con un índice de 79,1, seguida por el Centro (71,8), Cuyo (71,4), NEA (67,9) y AMBA-NOA (ambas con 67).
Pese a estas mejoras, el dato más preocupante del informe es que cayó 9 puntos porcentuales la cantidad de personas que afirmaron haber intentado vacunarse. Esta tendencia plantea nuevas dudas sobre la real demanda de inmunización en la población y sugiere que puede haber factores de desinformación o desinterés que requieren abordaje urgente.
Jóvenes y vulnerables, los desafíos pendientes
Los autores del informe subrayan que la población joven continúa mostrando los menores niveles de confianza, a pesar de algunas mejoras en el acceso. En ese sentido, se destaca la necesidad de reforzar las acciones de comunicación y potenciar el rol del personal médico como promotor de la vacunación.
A su vez, la Fundación alerta sobre las desigualdades persistentes en el acceso, que afectan principalmente a los sectores de menores ingresos y educación, e insiste en que es crucial diseñar políticas focalizadas que reduzcan esas brechas.
En palabras del director ejecutivo de la Fundación Bunge y Born, Gerardo della Paolera: “Argentina sigue siendo un país desigual en términos de acceso a la vacunación. El ICAV permite dimensionar el problema y orientar políticas más justas y efectivas”.
El estudio fue desarrollado por el equipo de Desarrollo Humano de la Fundación y contó con la colaboración de expertos en economía, estadística y antropología, con base metodológica en estándares internacionales como el Vaccine Confidence Index™ y los indicadores de la OMS.