Por José Odisio - CLG
Por José Odisio
Sacar cuentas. Ver partidos de rivales directos. Cerrar el puño por algún gol que ayuda y lamentarse por otro. El cierre de torneo encontró al hincha leproso otra vez en carrera. Dejó atrás la preocupación por un descenso que podía provocar un dolor de cabeza y mucho sufrimiento, y se ilusionó con una clasificación a octavos que parecía imposible. Tal vez no alcance. El envión generado por la llegada de Fabbiani logró sacar al equipo del subsuelo de la tabla, pero la distancia ponerse entre los ocho mejores no es tan simple de acortar. Aunque ocho partidos sin perder es mucho más de lo imaginado, sin dudas.
Newell’s no luce futbolísticamente. Salvo cuando la pelota pasa por Ever, el resto mete pico y pala. Correr y meter. Esfuerzo y orden. Y con esas consignas se hizo un equipo competitivo. Le falta vuelo en ofensiva, no le sobra recambio en el banco, pero con solidez y un Keylor Navas en nivel Champions le alcanza para sumar semana a semana.
Empatar con Unión le quitó una chance importante de acercarse a puestos de clasificación. Y con sólo dos fechas por delante, a la Lepra sólo le queda ganar sus dos partidos y esperar que otros resultados le permitan acceder a octavos. Hace un mes y chirolas eso parecía un milagro; hoy es matemáticamente posible, aunque complicado.
Más allá de avanzar o no a la fase final, no hay dudas que el Ogro consiguió su objetivo. Puso de pie a un equipo derrumbado y, lo más importante, lo hizo olvidarse de perder. Con Soso Newell’s entraba a la cancha con altas expectativas de derrota, ahora lleva ocho partidos invicto, un cambio brutal desde lo anímico.
Una vez que se defina este tramo final, la segunda fase de Fabbiani será ajustar el plantel con la llegada de algunos refuerzos y apuntar más alto. Clasificar a una Copa, ingresar a octavos y ganar el Clásico son los tres ítems fundamentales para la segunda parte del año. Y la Copa Argentina está como alternativa, aunque con tantos dolores de cabeza que este torneo siempre le provoca a Newell’s, ilusionarse es demasiado.
El Ogro cambió preocupación por expectativa. Enojo por aplausos. Hizo que el hincha vuelva a confiar. Ahora será tiempo de afianzar lo hecho hasta acá, y darle algo más de vuelo. El crédito está abierto, sin dudas.