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Cámara Argentina del Libro

Editoriales argentinas atraviesan una situación difícil


El sector editorial argentino atraviesa «una situación dramática», advirtieron los responsables de la Cámara Argentina del Libro (CAL) al presentar hoy un nuevo informe anual que reveló una caída de ventas de un 35% en los últimos tres años, disminución de ejemplares publicados, pérdida de empleo en la cadena de producción del libro, encarecimiento de costos y librerías en crisis. 

El dato más alarmante para el sector apunta al descenso en la venta de libros, lo que se traduce en una caída acumulada de entre el 25% y 35% de unidades en relación al año 2015, como consecuencia de la baja en el consumo interno y el contexto recesivo. 

El aumento del precio del papel en un 100 por ciento en 12 meses, el de los costos que implican menor competitividad para afrontar los gastos y la disminución de las compras durante los últimos dos años por parte de la Conabip (a pesar de medidas «paliativas» del Estado, como los descuentos y cuotas para adquisición), configuran un escenario que autoridades de la CAL coinciden en definir como «crítico». 

El informe, presentado esta mañana en la sede de la Cámara, sumó a sus estadísticas un relevamiento sobre la situación de las librerías y el empleo: entre 2016 y 2018 el sector editorial perdió un 20% de empleados en relación de dependencia y un 15% de empleos indirectos, que involucran a traductores y correctores, entre otros. 

Mientras que para las librerías independientes la crisis implicó una pérdida del 15% del empleo directo; y en los últimos tres años, un relevamiento realizado en 800 puntos del país reveló que cerraron 35 librerías pequeñas: unas 30 fueron absorbidas por cadenas o tuvieron que mudarse para reducir espacios y más de 80 están con problemas de pago, siempre según el informe presentado pro al CAL. 

Acerca de esta situación, el librero Ecequiel Leder Kremer explicó que a pesar de estar «en el peor momento de los últimos 35 años, las librerías resisten en función de que tienen muchos proveedores porque la Argentina produce libros muy bien y con mucha tradición. Los libreros tenemos una masa crítica de producción muy importante para ofrecerle a los lectores». 

La producción de novedades en ejemplares para primera tirada alcanzó hasta octubre de este año algo más de 36 millones, un 45% menos que en 2016 y un 20% menos en relación al año pasado, aunque la cantidad de nuevas publicaciones no tuvo una caída significativa: este año hubo 22.999 nuevos títulos frente a 28.440 en 2017. 

Específicamente el sector editorial comercial (grupos editoriales, sellos medianos y pequeños) también reveló números más bajos, ya que este año lanzó 7.205 títulos nuevos mientras que en 2017 fueron 9.841. 

Al mismo tiempo, sobre esa producción hubo un 30% menos de ejemplares en relación a 2016. 

Como se sostiene desde hace algunos años los porcentajes en cuanto a la concentración de novedades de los grandes grupos editoriales -son cinco para la CAL- y el resto mantienen una constante que oscila cerca de entre el 25% y el 75% respectivamente, en tanto que en materia de concentración de ejemplares las estadísticas revelan una caída del promedio. 

Del informe se desprende otro dato impactante: la autoedición (autores que publican sus propias obras) creció en detrimento de grandes, medianos y pequeños sellos, lo que significa «una importante caída en el sector editorial comercial», explicó Diana Segovia, gerenta de la CAL. 

Frente a este panorama, la presidenta de la CAL, Graciela Rosenberg, se refirió, a su turno, a que debe entenderse en el marco de «un contexto recesivo» y cuestionó la falta de políticas públicas que mitiguen la caída del sector.