La institución donde surgió Ángel Di María volvió a ser víctima de delincuentes. "Es un dolor terrible, más que nada para los chicos", dijeron desde el club
El Club El Torito, cuna futbolística de Ángel Di María, sufrió un nuevo golpe con el robo de los reflectores que iluminaban su cancha. Durante la tormenta del lunes por la madrugada, delincuentes ingresaron al predio ubicado en la zona norte de Rosario y se llevaron más de una decena de artefactos, dejando sin luz artificial a las categorías infantiles que entrenan en el lugar.
A pesar del problema, los chicos decidieron no perderse la práctica y entrenaron con la escasa iluminación que brindaban las luces de la calle y de un club lindero. «Es un dolor terrible, más que nada para ellos», lamentaron los profesores, que destacaron el compromiso de los niños y niñas con el club.
Un robo que golpea el barrio
El Torito ya había sufrido daños materiales en febrero por otra tormenta y ahora, en una sola noche, perdió un equipamiento que había tardado meses en instalar. «Nos costó desde principios de año colocarlos, y en una noche hicieron todo», comentó un entrenador.
Los delincuentes lograron retirar los reflectores, que estaban colgados a más de 10 metros de altura, además de los cables de conexión. «No tenemos idea de cómo hicieron para subir», reconocieron desde el club.
El legado de Di María y la lucha del club
El Torito es el club donde Ángel Di María dio sus primeros pasos en el fútbol antes de pasar a Rosario Central en 1994, cuando el club canalla adquirió su pase a cambio de 26 pelotas. Hoy, el mural del campeón del mundo sigue siendo un símbolo en las instalaciones, pero la institución enfrenta constantes desafíos para seguir funcionando.
Actualmente, El Torito recibe a niños y niñas desde los 4 años y busca que pasen el mayor tiempo dentro del club y no en la calle. «Se hace difícil, pero seguimos para adelante», afirmaron los profesores, que ahora esperan poder reponer la iluminación para que los chicos puedan entrenar con normalidad.