Por José "Chino" Odisio - CLG
Por José «Chino» Odisio – CLG
Newell’s es autodestructivo. Ese es el primer pensamiento que surge cuando se intenta analizar este inicio de 2025 preocupante desde todo punto de vista.
Ni un fixture favorable, ni un refuerzo de la talla de Keylor Navas, ni un entrenador que tuvo tiempo para rearmar el plantel y hacer una pretemporada sería. Tal vez ni siquiera un nueve de jerarquía que amaga con venir por estos días. Nada hace cambiar una realidad que parece empecinada en transitar siempre por el camino del desgano, de la falta de reacción, de los errores repetidos. Y en esto se incluye directivos, mánagers, técnicos y jugadores.
Hoy la Lepra parece ser una enfermedad contagiosa que no tiene cura. Llegan nuevos jugadores, algunos con más chapa que otros; se contrata otro entrenador, pero todos caen presos de una desorientación que se apoderó desde hace un tiempo de todos los que pisan el Parque y se ponen la rojinegra.
Encontrar culpables es fácil. El hincha apunta a Astore, ahora sumó a Capria, y sin Macagno, Martino, Panchito, Hoyos, Vangioni, Pérez Tica, Ramírez y unos cuantos más; ahora el elegido para la reprobación es Banega, y si la situación no mejora se sumarán Lollo, Sosa, Tabares y algún otro. Y por supuesto, Soso. Todo se ve oscuro. Y todos tienen algo de culpa.
Para peor, el 2025 es un año político en el club, y eso no ayuda. Porque las críticas suenan más fuertes y el Coloso, si los resultados no aparecen, será un hervidero cada semana. Y los jugadores sentirán esa presión.
Obviamente la pregunta es si Soso podrá acomodar las cosas con urgencia. ¿Alcanzará con la jerarquía de Keylor Navas y un buen nueve? ¿Podrá levantarse rápido el ánimo después del bochornoso 0-3 frente a Banfield? ¿Llegará condicionado el DT al Clásico?
Definitivamente la situación no era la imaginada. Un mal arranque podía pasar, pero las formas de la caída con Banfield provocan más dudas que certezas.
Casi como un ‘deja vu’ el hincha leproso parece estar en un cuento de nunca acabar. Y la paciencia ya se agotó hace rato. Ahora serán Soso y los jugadores los responsables de no provocar otro chispazo y que todo explote. Porque ahí perderán todos.