Ciudad

Fuerte caída en las ventas de almacenes y kioscos barriales de Rosario


Cervezas, gaseosas y fiambres registraron una menor salida, lo que evidencia el impacto de la falta de dinero en los bolsillos de los consumidores

La crisis del consumo se hace sentir en los barrios de Rosario, donde almacenes y kioscos registraron una fuerte baja en las ventas durante el inicio de 2025. Según Juan Milito, titular del Centro Unión Almaceneros de Rosario, el consumo en estos comercios cayó un 20% interanual, reflejando una tendencia que ya se había consolidado a lo largo del año pasado.

Productos esenciales en la temporada estival como cervezas, gaseosas y fiambres han registrado una menor salida, lo que evidencia el impacto de la falta de dinero en los bolsillos de los consumidores. “Esos son los productos fuertes del verano y notamos que se están consumiendo mucho menos. Evidentemente, este cambio de hábito se debe a la reducción de ingresos en cada hogar”, destacó Milito.

Además, la dinámica de consumo se ha visto modificada con un aumento del uso de segundas marcas y un corrimiento hacia las promociones ofrecidas por grandes superficies comerciales, lo que afecta directamente la rentabilidad de los pequeños comercios. En algunos casos, los kioscos y almacenes de barrio quedaron relegados a cubrir compras de emergencia.

Kioscos en alerta: caída del 50% en las ventas respecto a diciembre

La situación no es distinta para los kioscos, que en enero sufrieron una merma del 50% en sus ingresos respecto al mes de diciembre, según informó Marcos Difilippo, presidente de la Cámara de Kiosqueros de Rosario. Factores como el éxodo de estudiantes, el cierre de escuelas y la migración temporal de rosarinos a zonas turísticas contribuyeron al escenario crítico.

“A partir del 20 de cada mes, las ventas comienzan a desplomarse y el uso de tarjetas de crédito es cada vez más frecuente. Se percibe claramente la dificultad de las familias para llegar a fin de mes”, sostuvo Difilippo, quien además resaltó que las ventas en verano dependen casi exclusivamente de bebidas y alimentos ligeros, y se concentran en las horas nocturnas debido al calor extremo.

Perspectivas poco alentadoras

Desde ambos sectores, el panorama para febrero no parece mejorar. Los costos crecientes, la inflación y el deterioro del poder adquisitivo auguran un desafío aún mayor para los pequeños comercios barriales. Si bien todavía no se reportan cierres masivos, la baja rentabilidad y el aumento de los alquileres amenazan con agravar la crisis, poniendo en jaque a uno de los sectores más tradicionales del tejido comercial rosarino.

“La caída en las ventas no solo afecta a los comerciantes, sino que refleja una crisis más profunda que atraviesa a toda la sociedad. Es necesario un cambio en el esquema de distribución del ingreso para garantizar la supervivencia de estos espacios fundamentales en los barrios”, concluyó Milito.