El delantero cerró a los 38 años una carrera inolvidable. En el Canalla anotó 106 y es el máximo artillero auriazul de la historia
A sus 38 años, Marco Gastón Rubén cerró una carrera de ensueño con 106 goles en 281 partidos con la camiseta de Rosario Central, una estadística que lo consagra como leyenda. La despedida de este sábado fue un recordatorio de lo que representó para Central: un líder dentro y fuera de la cancha, un goleador implacable y un ídolo que siempre dejó todo por los colores.
El partido tuvo todos los condimentos propios de una despedida icónica. Rubén, visiblemente emocionado, estuvo cerca de sumar un gol más a su cuenta cuando generó un penal, pero la intervención del VAR anuló la oportunidad. A pesar de ese revés, los hinchas corearon su nombre durante todo el encuentro, agradeciendo una carrera marcada por su amor incondicional al club.
Rubén había anunciado su retiro en 2022, tras un cierre memorable en el que se despidió con un gol ante Estudiantes. Sin embargo, el destino le tenía reservado una última etapa. Luego de jugar en Deportivo Maldonado de Uruguay, regresó a Central a mediados de 2024, cumpliendo el sueño de despedirse en Arroyito.
Un legado eterno
El regreso de Ruben fue de película: en su primer partido tras el retorno, escribió un gol agónico contra Lanús que desató la locura en el Gigante. Aunque las lesiones y el difícil presente del equipo limitaron su rendimiento en esta última etapa, su figura nunca dejó de ser sinónimo de esperanza y entrega.
Marco Rubén no solo deja números y récords, sino también un legado imborrable. Su humildad, su compromiso y su capacidad para ser decisivos en los momentos importantes lo colocaron en un lugar especial en el corazón de los hinchas de Rosario Central.
Hoy, el Gigante de Arroyito no solo despidió a un futbolista. Despidió a un símbolo, a un héroe que convirtió su amor por el club en una historia que se contará por generaciones. Marco Rubén ya es eterno en Rosario Central.