Se recibe un promedio diario de 19 pedidos de ayuda o asesoramiento ante situaciones de violencia de género. Ante un nuevo 25N, el municipio destaca las políticas públicas sostenidas en la materia
“En Rosario sostenemos el compromiso firme de escuchar, acompañar y asistir a las mujeres y diversidades que sufren violencias por razones de género u orientación sexual porque estas violencias existen, son transversales y tienen un impacto directo sobre la vida y la salud de las personas”, afirmó la secretaria de Igualdad, Género y Derechos Humanos de la Municipalidad de Rosario, Mónica Ferrero, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, que se conmemora cada 25 de noviembre. Además, destacó el trabajo que durante todo el año se realiza en materia de prevención y erradicación de las violencias a través de la implementación de programas y acciones de capacitación, visualización y promoción de los derechos.
El Teléfono Verde (0800 444 0420) es la principal puerta de entrada al Sistema Integral de Atención que comenzó a construirse hace tres décadas y que se sostiene desde entonces en el tiempo. Funciona las 24 horas, los 365 días del año y fue el dispositivo pionero de primer nivel de atención que implementó el municipio en 1990. En tiempos de pandemia, se sumó el Contacto Violeta (341 5781509), que permite a las mujeres escribir a través del sistema de mensajería de WhatsApp.
Ambas líneas recibieron entre enero y octubre de este año 5.818 consultas (2.571 realizadas a través de la línea de teléfono y 3.247 a través del servicio de mensajería), cifra que implica un promedio diario de 19 pedidos de ayuda o asesoramiento ante situaciones de violencia de género. Además, tuvieron en enero de este año un pico de demanda con 396 llamadas y 434 mensajes.
“El Teléfono Verde es parte de un sistema conformado por diferentes dispositivos relacionados entre sí que son atendidos por equipos interdisciplinarios y trabajan a partir de un Registro Único de Víctimas, lo que busca no fragmentar los abordajes y dar respuestas de acuerdo al riesgo de la integridad física, psíquica y sexual en el momento que se aborda”, explicó por su parte la directora de Atención y Prevención de Violencias, Mariana Alonso.
Y en ese punto, remarcó que estos canales de atención y escucha se articulan en casos de ‘alto riesgo para la vida’ con los centros de protección municipales Alicia Moreau y Casa Amiga, donde durante el mismo período de 2024 se alojaron 26 mujeres y 35 niñas y niños.
Los centros de protección son parte del segundo nivel de atención del sistema, en los cuales se garantiza espacios de acompañamiento psicológico y asesoramiento jurídico y se tramitan además medidas legales de protección. En 2024 se gestionaron a partir de esos mecanismos 44 prohibiciones de acercamiento, 7 exclusiones del hogar y una decena de víctimas logró recuperar sus pertenencias. Además, se solicitó el otorgamiento de 46 botones de alerta ante el Ministerio de Seguridad de la provincia, con seguimiento personalizado de 915 usuarios de este mecanismo.
Una vía de escape
Ana, un nombre ficticio para resguardo de su identidad, tenía 37 años y dos de sus tres hijos a su cargo cuando una madrugada fue agredida a golpes de manera brutal por su pareja. “Me pegó primero en la calle, después en mi casa hasta que se durmió”, relata la mujer que pasó esa noche despierta y tuvo que explicarle a la mañana siguiente a sus hijos el origen de las marcas que tenía en todo el cuerpo.
Ya había sufrido empujones y patadas, desde hacía tiempo el hombre la seguía como una sombra, pero “era la primera vez que me pegaba en la cara”, dice la mujer que atravesó todo el proceso, desde el pedido de ayuda a través de la línea telefónica, su resguardo en uno de los refugios del municipio y el acompañamiento en el ‘egreso’.
Tras la golpiza, Ana le dio forma a la idea de escapar que le rondaba hacía tiempo: con lo puesto y diez mil pesos escondidos en una media, se fue de la casa. La única persona con la que había podido hablar hasta ese momento era una vecina.
Tras recibir asistencia de un patrullero que pasaba, llegó a la comisaría, donde le dijeron que debía ser revisada por una médica legista. Lo que no le dijeron es que irían a buscar también a su pareja y la llevarían al mismo lugar.
“Mientras la médica me revisaba, él -que nos había pasado por al lado- nos amenazaba a los gritos”, cuenta sobre las horas que pasó hasta llegar a la casa de una amiga donde pudo hacer contacto con los servicios de asistencia a través del Teléfono Verde y a partir de allí quedar a resguardo en unas de las casas del municipio.
Lo que tuvo por delante fue “un proceso” donde afirma que poco a poco fue “ordenando la cabeza” tras una relación que calificó como “breve, pero muy violenta”.
No sin temores, ya que relata desde noches sin dormir hasta ataques de pánico cuando comenzó a salir con asistencia del refugio, Ana señala que se hizo de herramientas que no tenía. “Aprendí que no tenía que callarme más, que no tengo que pasar por cosas que no me gustan y que puedo decir que no”, enumera no sin conmoverse.
Para cuando estuvo lista para el ‘egreso’ del refugio, si bien continuó acompañada, tuvo que aprender a hacer frente a nuevos desafíos. “Fue como salir de la panza de mi mamá, donde me sentía segura, pero tenía que salir a una nueva vida”, cuenta sobre el momento en que con el acompañamiento de los equipos logró alquilarse un lugar para ella y sus hijos y reconstruyó sus vínculos con el padre de ellos y esa familia que hoy es parte de su red.
Ya con el camino hecho, ahora reconoce la importancia de pedir ayuda. “Hay que buscarla, yo sé que no es fácil porque el violento no te deja hablar, porque la violencia es psicológica y una vez que dominan tu mente, te sentís de su propiedad y te cerca todas las salidas, pero ahí es donde llegan los golpes”, concluye.
Una red territorial
Otro de los desafíos que volvió a tomar el sistema de atención tras la pandemia de Covid 19 fue el de la asistencia descentralizada de las víctimas a través de una dupla de profesionales del equipo municipal que garantiza la proximidad en el territorio, tanto para la atención de nuevos casos, como para el seguimiento de los ya existentes. Estos equipos funcionan en espacios específicos instalados en los centros municipales de Distrito.
Los espacios reciben atenciones espontáneas y también situaciones derivadas del Teléfono Verde, lo que permite a su vez, garantizar el seguimiento de proximidad en cada caso y reforzar las redes con las organizaciones de los territorios.
Sobre ese esquema, en el desglose de atención de cada una de las jurisdicciones, entre enero y octubre de 2024 se contabilizaron 131 situaciones nuevas y 1.248 casos en seguimiento en el Distrito Oeste, donde se concentró la mayor demanda, seguido por el Noroeste, que también registró 131 nuevos casos, que se sumaron a los 684 en seguimiento.
En el Distrito Norte se contabilizaron 79 nuevos pedidos de asistencia, mientras que fueron 510 las situaciones a seguir. En el Centro hubo 72 nuevos casos y 185 acompañamientos a los cuales se les dio continuidad, en tanto en el Distrito Sudoeste las cifras fueron de 97 nuevas consultas y 381 seguimientos, y en el Sur los nuevos casos ascienden a 101 y se vienen acompañando a 850 víctimas.
Esta red de equipos interdisciplinarios lleva a cabo una atención integral en todas las situaciones y dimensiones de vulnerabilidad en las víctimas de violencia de género. Se trata de espacios adecuados para la atención que funcionan en los siguientes días y horarios: Distrito Sur, martes a viernes 8 a 14; Distrito Norte, martes y viernes de 8 a 14; Distrito Oeste, martes, miércoles y jueves de 8 a 14; Distrito Noroeste, lunes a jueves 8 a 14. y los distritos Centro y Sudoeste, lunes a viernes de 8 a 14 en Moreno 960.
Noviembre y las tramas frente a las violencias
«Noviembre Violeta. Tramas frente a las violencias de género» es una agenda de acciones orientadas a promover una vida sin violencias hacia las mujeres y personas LGBT+, en el marco del 25N que busca visibilizar las diferentes estrategias mediante las que se tejen redes entre el Estado y la sociedad civil, y fortalecer los espacios que se construyen para prevenir y hacer frente a las diferentes formas en las que las violencias se presentan.
Se llevan a cabo actividades de formación, promoción de derechos y prevención de las violencias en toda la ciudad, este año con una amplia campaña de difusión de los recursos disponibles desde la municipalidad de atención y asesoramiento para mujeres que se encuentran en situaciones de violencia.