La Fundación Todo por Amor lleva 25 años ayudando. CLG dialogó con Ana Moreira, su fundadora, quien dio detalles del funcionamiento y de la ayuda que necesitan
Hace 25 años la fundación Todo por Amor trabaja incansablemente en la asistencia de personas con discapacidad y adultos mayores en situación de calle. Como una familia ensamblando, la decena de voluntarios y las casi 30 personas que duermen en la sede de Vélez Sarfield 1936 pasan día a día “hasta que el trabajo se termina en el cementerio”, así lo gráfica entre la gracia y la firmeza su fundadora Ana Moreira, en diálogo con CLG.
Todo por Amor comenzó su labor abordando a personas mayores en situación de calle, siendo pioneros en este trabajo solidario en la ciudad. Hoy, a un cuarto de siglo de su creación, todos conocen la tarea inclaudicable de la fundación, pero cada vez se hace más difícil. “Rosario es grandioso, siempre ayudó, es espectacular con productos de limpieza y ropa para las personas que están acá. Pero no recibimos ayudas económicas, entonces eso es lo que nos hace muy difícil”, explicó Moreira.
El grupo sobrevivió por más de dos décadas recibiendo gente “de todos lados”. En la actualidad son alrededor de 30 personas entre adultos mayores y personas con discapacidad. Allí los ayudan con trámites de identidad o jubilatorios, les ofrecen un baño, una cama, un plato de comida y contención. En definitiva, el grupo es una familia abierta y en constante crecimiento. Algunos de los asistentes salen durante el día a vender por las calles rosarinas y así se concreta un círculo de ayuda, que se completa con el aporte de la provincia de Santa Fe y el Banco de Alimentos.
Ana Moreira se esperanza con llegar a la Navidad con una mesa completa, un árbol armado y “aunque sea un regalito”, para ello solicitó la ayuda de Rosario. Para colaborar con la Fundación Todos por Amor se pueden comunicar al 3416607385 (Ana) o 3416212756 (Sandra).
Empezar a disfrutar
Durante casi 20 años Todos por Amor alquilaba cuatro inmuebles y en cada uno desarrollaba su tarea, pero en 2019 inauguraron la actual sede. Sin embargo, pandemia de por medio, recién en 2024 “la estamos disfrutando”, mientras definen los detalles para firmar los papeles de la transferencia definitiva.
“Acá vienen 30 personas, se quedan directamente. Hay gente hace 18 años viviendo acá”, aseguró Moreira. La familia de Todo por Amor la componen personas entre 40 y 80 años, entre voluntarios y los habitantes de la vivienda. Además de personas con discapacidad y adultos mayores, también trabajan con pacientes en rehabilitación por consumos problemáticos. “Llegan por el ‘boca en boca’, a veces nos llaman desde el Pami o directamente la provincia, nosotros siempre tratamos de abrir la puerta”, reconoció la fundadora de la institución.
Muchas veces la fundación recibe donaciones que exceden al grupo que asisten. A partir de allí se activa una cadena solidaria y derivan esas prendas o artículos a otras ONGs compañeras.
El próximo paso de Todos por Amor está apuntado a un taller de alfabetización, también clases de oficios. “Todavía no llegamos a eso porque siempre corremos atrás de la urgencia”, reconoció Moreira.
Ana expresa felicidad al momento de hablar de Todos por Amor. Lo define como “el mejor regalo de la vida” y puede enumerar cada una de las satisfacciones que recibió. “La alegría de cuando llegan y son abrazados, encuentran una cama o un baño, esas caras no me las olvido más”, aseguró Moreira ante CLG.
Sobre el final dejó un análisis tan crudo y contundente que sólo ella lo puede describir: “Siempre les digo que el trabajo nuestro termina en el cementerio, aunque duela decirlo, porque es así. Después de acá, Dios se encargará. Por eso estamos al lado de ellos hasta último momento”.