El presidente polaco Andrzej Duda anunció este martes que va a promulgar la controvertida ley sobre el Holocausto destinada a proteger la imagen del país en el extranjero, ley que ha causado fuertes tensiones con Israel, Estados Unidos y Ucrania.
Al mismo tiempo, el presidente solicitó al Tribunal Constitucional que verifique si los artículos que conciernen la libertad de expresión y los que imponen penas de cárcel a los que acusan a Polonia o al estado polaco de haber participado en los crímenes nazis respetan la Constitución.
«Decidí firmar la ley y luego transmitirla al Tribunal Constitucional», declaró Duda en la televisión.
«Es una solución que por un lado preserva los intereses de Polonia, nuestra dignidad y la verdad histórica, para que los juicios sobre nosotros en el mundo sean honestos, que se abstengan de difamarnos», dijo Duda.
«Pero por el otro lado, toma en cuenta la sensibilidad de las personas para quienes la cuestión de la memoria histórica del Holcausto sigue siendo excepcionalmente importante y sobre todo para los que sobrevivieron y, mientras puedan, deben contar al mundo su pasado y su experiencia», agregó el presidente polaco.
Esta ley puso a los conservadores nacionalistas en el poder frente al dilema de no aprobarla y ser acusados de haber cedido ante las presiones extranjeras o votarla y dañar las relaciones con Estados Unidos e Israel.
«Esta ley es sin fundamentos. No podemos cambiar la Historia y el Holocausto no puede negarse», declaró el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
Estados Unidos expresó su temor sobre las «consecuencias» de esta ley y llamó a Polonia a reconsiderarlo.
«Estamos de acuerdo en que expresiones como campos de la muerte polacos son inexactas, y pueden inducir a errores y ser hirientes», declaró la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, en un comunicado.
El texto sanciona con multas o con hasta tres años de cárcel a quienes atribuyan «a la nación o al Estado polaco» crímenes cometidos por la Alemania nazi en Polonia durante la ocupación.
Seis millones de polacos, entre ellos tres millones de judíos, murieron durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante la ocupación, Polonia fue el único territorio en el que los alemanes decretaron que cualquier ayuda para los judíos podía ser castigada con la muerte.