Policiales

Ninguna cochería ni cementerio rosarino quiere recibir el cuerpo de «Pillín» Bracamonte


Foto: Juan José García

La familia piensa en cremarlo, pero la Justicia no autoriza ya que prioriza la preservación del cuerpo para posibles pruebas adicionales

Mientras avanza la investigación sobre el asesinato de Andrés «Pillín» Bracamonte, ex líder de la barra de Rosario Central, el cuerpo permanece en el Instituto Médico Legal (IML) sin que su familia haya podido despedirse. Según se informó, tras la realización de la autopsia, en la que se confirmó que recibió cinco disparos, las casas velatorias de la ciudad rechazaron recibir el cuerpo por motivos de seguridad. Tampoco los cementerios, incluido El Salvador, han dado el visto bueno para su entierro, generando una situación de incertidumbre y un fuerte operativo policial en las inmediaciones del IML.

Ante la dificultad de hallar un lugar donde realizar la ceremonia, la familia evaluó la posibilidad de la cremación, pero la Justicia rechazó el pedido, priorizando la preservación del cuerpo para posibles pruebas adicionales. Se menciona como posible opción trasladar sus restos a Ybarlucea, la localidad donde residía, aunque aún no se ha confirmado.

Un crimen con repercusiones y dudas sobre el futuro

El doble asesinato de Bracamonte y su ladero Raúl “Rana” Attardo en bulevar Avellaneda y Reconquista desató un mar de especulaciones y temor. Tras el partido de Central el pasado sábado, ambos fueron sorprendidos en su camioneta Chevrolet S10 y acribillados por tres hombres que escaparon rápidamente. Fuentes judiciales investigan el trasfondo del crimen, sopesando las numerosas amenazas previas que recibió Bracamonte y el complejo entramado de relaciones que mantenía, incluyendo sus conflictos recientes con otras facciones criminales.

La Fiscalía, que se muestra cautelosa en torno a las hipótesis, anticipa que esta investigación podría marcar un antes y un después en la violencia urbana que sacude a Rosario, particularmente en lo que refiere a la reconfiguración del crimen organizado. En este contexto, la sociedad rosarina y las autoridades mantienen la atención sobre el desarrollo de una situación que, por ahora, mantiene más preguntas que respuestas.