Por José Odisio - CLG
Por José Odisio – CLG
El interinato de Lunari duró menos de lo previsto por la dirigencia. El inicio favorable ilusionó a todos con poder llegar hasta el final de la Liga, incluso con chances de pelear el ingreso a la Sudamericana, pero los últimos cinco partidos dejaron en claro que improvisar, una vez más, nunca termina bien.
Hay culpa de la dirigencia, responsabilidad de los jugadores y dos mercados de pases muy fallidos con un Ariel Michaloutsos que ya no está, pero decididamente armó un plantel con plata y escaso criterio. O acaso el Big Data y la búsqueda de jugadores por una computadora o IA no puede medir la respuesta de futbolistas bajo presión o no tiene vestuario.
Lunari nunca dejó de ser interino. Y con tantos partidos por delante, tal vez el plantel necesitaba de un entrenador confirmado, para querer mostrarse, para dejar todo en la cancha y en los entrenamientos, y no caminar la cancha a la espera que todo termine.
Una vez más aparece la difícil tarea de buscar DT. Esta vez será Rubén Capria el que asumirá el riesgo. Y comenzarán las negativas, por cuestiones económicas, proyectos deportivos o la inseguridad de Rosario que asusta a muchos. Y el principal problema del Mago es que no tiene tiempo y no le sobran candidatos.
¿Será Mariano Soso? ¿O Guillermo Farré? ¿Y si se espera por Davobe o Fabbiani? La realidad es que ningún nombre le saca el sueño al hincha. Pero el Mago no podrá fallar. Porque Newell’s ya falló muchas veces y no tiene tiempo para seguir experimentando.