La icónica gatita mantuvo viva a través de generaciones la esencia original de ternura que realza la importancia de la cultura japonesa kawaii en Occidente
El dibujo animado Hello Kitty cumplió medio siglo, vivo en la memoria de dos generaciones y que le puso su sello a marcas de juguetes, indumentaria, accesorios, mochilas, artículos del hogar y hasta dispositivos electrónicos.
Culturas ancestrales japonesas como el kaizen (mejora continua) y el ikigay (la búsqueda interior del proyecto de vida propio) se instalaron en el pensamiento occidental, pero el gran público asimiló una más moderna, llamada kawai.
Integra la galería de los personajes legendarios japoneses como Pokemon o Dragon Ball.
Gracias a su estética adorable y su filosofía de la ternura, que hace medio siglo dio origen a personajes de grandes ojos, rostros redondos y expresiones inocentes, que simbolizan la identificación intergeneracional con Kitty White, su nombre y apellidos completos.
La gatita sin boca y con un diseño minimalista pero expresivo creada por Yuko Shimizu en 1974 para la compañía Sanrio (que no la considera un gato sino una niña de Londres) se instauró como un ícono de ternura y nostalgia y rápidamente se convirtió en un fenómeno global de los´70 que lleva medio siglo de vigencia.
No sólo trasciende generaciones en la pantalla, sino que representa un ícono presente en la moda, el arte y el diseño.
Hello Kitty pasó de ser simplemente personaje de dibujos animados a marca global, con una relevancia tan vasta que la reconocen y desean no solo los niños, sino también los adultos que crecieron con esta gatita y ahora buscan integrarla en su vida cotidiana.
De su vigencia dan testimonio el proyecto de película de Warner Bros y la inaugurarán el año que viene de un parque temático en la isla tropical china de Hainan.
Vínculo intergeneracional
Ratifican desde Vulcanita el vínculo entre padres e hijos que reúne este personaje. «Mantiene viva la esencia original de ternura y empatía que ha caracterizado a Hello Kitty y a la cultura kawaii desde sus orígenes.”
La clave de su éxito radica en su capacidad para adaptarse a los tiempos y conectar con las emociones de personas de todas las edades y culturas.
La cultura kawaii, al fomentar valores como la amistad, la empatía y la alegría, contribuyó a fortalecer los lazos familiares y sociales.
Asimismo, esta cultura, con su énfasis en la positividad y la inocencia, proporciona un marco ideal para la evolución de Hello Kitty, con lo que la proyecta por encima de modas y generaciones.
La incursión de su imagen característica, con el lazo rojo, hileras de anteojos para el sol, en el mundo del marketing se inició como una ilustración en una carterita de vinilo y luego hasta se expandió por marcas como Adidas, Balenciaga y otras.
“Tenemos desde peluches originales de los icónicos personajes de Keropi, Kuromi, Kitty, My Melody y Chococat», enumera Cristina Caffaro, marketing manager de la empresa.
Y prosigue: «En cuanto a figuras tenemos una colección ideal para coleccionistas ya que son numeradas para indicar su originalidad y seguir la colección”.
Influencia de la cultura kawaii
Además de Hello Kitty, otros personajes icónicos como My Melody, Pompompurin y Kuromi consolidaron la influencia de la cultura kawaii a nivel mundial, adaptándose a los tiempos sin perder su atractivo.
Estos personajes fueron fundamentales para expandir el concepto kawaii y hacerlo universal, en tanto que inspiraron a nuevas generaciones de artistas, diseñadores y fans a nivel global.