Según un informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales, el Gobierno nacional pretende congelar el porcentaje del PBI destinado a la educación superior
En un contexto de ajustes y con una propuesta de financiamiento para 2025 que deja insatisfechas las necesidades educativas, las universidades nacionales enfrentan un futuro de incertidumbre y limitaciones económicas. Un reciente informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales (Ceso) evidencia una reducción considerable en los recursos destinados a la educación superior, lo que pone en riesgo tanto la calidad como la accesibilidad de uno de los sectores clave para el desarrollo del país.
El presupuesto asignado para 2024 alcanza los 3 billones de pesos, lo que representa una reducción del 30% en términos reales respecto al año anterior, considerando el impacto inflacionario.
Para el próximo año, el gobierno planea asignar 3,8 billones, cifra similar a la que debieron haber recibido las universidades en 2024 si no se hubiera vetado la Ley de Financiamiento Universitario. Sin embargo, esta previsión se queda corta en relación con las necesidades del sistema, ya que el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) estima que serían necesarios al menos 7,1 billones de pesos para el año próximo.
Comparación Internacional: Argentina rezagada en inversión educativa
El informe de CESO también destaca la situación de Argentina en el ámbito regional e internacional. Mientras que el financiamiento para la educación universitaria se estima en el 0,5% del PBI para 2024, otros países de la región, como Brasil y Chile, destinan entre el 1,23% y el 1,05% de su producto bruto interno al sector, respectivamente.
En el marco de la OCDE, el promedio destinado a la educación superior se sitúa en torno al 1%, e incluso países como Noruega asignan hasta el 1,82% de su PBI. Esta falta de competitividad en términos de inversión amenaza el desarrollo académico y profesional en el país, limitando su potencial de crecimiento y su integración en la economía global
El perfil socioeconómico de los estudiantes
La universidad pública ha sido tradicionalmente un pilar de la movilidad social en Argentina. Según datos del Ministerio de Educación citados en el informe, casi el 70% de los estudiantes universitarios en el país son de primera generación, es decir, sus padres no tuvieron acceso a estudios superiores. Además, el 42,6% de los estudiantes vive por debajo de la línea de pobreza, lo que subraya la importancia de la universidad pública como un instrumento de inclusión y mejora socioeconómica.
Más del 80% de los estudiantes elige la universidad pública, y solo el 3,7% de la matrícula corresponde a estudiantes extranjeros, lo que refleja la misión social de estas instituciones
Efecto en el empleo y el bienestar económico
Las universidades no solo contribuyen al conocimiento, sino también a la economía del país al emplear a más de 216.000 personas de forma directa. La tasa de desocupación entre quienes poseen estudios universitarios completos es significativamente menor, con un 3% frente al 7,7% general en el primer trimestre de este año, según datos del Ministerio de Trabajo y el INDEC. Por otra parte, la tasa de empleo no registrado entre personas con estudios superiores es del 15%, menos de la mitad del promedio general, que ronda el 35%.
Las personas con educación superior también tienen menos probabilidad de estar en empleos no registrados y ganan, en promedio, un 56% más que aquellas que solo completaron la educación secundaria.
Demanda de financiamiento adecuado
El desfinanciamiento crónico de las universidades afecta no solo a los estudiantes y el personal docente, sino también al futuro del país. Argentina cuenta con cinco Premios Nobel, todos formados en universidades públicas, y muchas de sus instituciones figuran entre las mejores de América Latina en rankings internacionales. La Universidad Nacional de Rosario ubicada en el puesto 58 de América Latina. Sin embargo, para mantener y mejorar estos logros, el sistema requiere una inversión sostenida y un compromiso del Estado que hoy se percibe insuficiente.
En palabras del CESO, “defender la universidad pública no es un eslogan”, sino una necesidad real y urgente para asegurar el desarrollo integral de la nación. Sin un cambio de rumbo en la asignación presupuestaria, el acceso a la educación universitaria en Argentina corre el riesgo de transformarse en un privilegio, en lugar de ser un derecho y una herramienta para construir una sociedad más justa y equitativa.
