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Uruguay va a las urnas con el Frente Amplio como favorito, pero sin evitar una segunda vuelta


Yamundú Orsi (Frente Amplio) lidera las encuestas, pero no alcanza el 50% para evitar el balotaje

Los uruguayos irán a las urnas el próximo domingo para elegir al sucesor del presidente Luis Lacalle Pou, en una contienda entre continuidad y cambio, marcada por dos bloques.

El opositor Frente Amplio (FA), coalición de izquierda que gobernó entre 2005 y 2020, lidera las encuestas aunque no alcanzaría la mayoría (50 por ciento más uno) para evitar una segunda vuelta.

En un eventual balotaje la Coalición Republicana (CR), alianza de hecho iniciada en 2019 entre cuatro partidos de centro y centroderecha, iría detrás de un candidato.

El exintendente del departamento de Canelones (sur) y profesor de historia Yamandú Orsi (57) es el candidato del FA, pero todavía está lejos de ser líder de un partido en proceso de renovación.

Quien se consideraba seguro segundo y por ende representante de la CR en una segunda vuelta, el ex secretario de la Presidencia y veterinario Álvaro Delgado (55), del oficialista Partido Nacional (PN) y que se presenta como la «reelección» del gobierno, ahora tiene un desafiante.

Andrés Ojeda (40), del Partido Colorado (PC), dio un salto meteórico en su proyección política poniendo en apuros a Delgado, quien no ha podido traducir a su favor la alta popularidad de su mentor, Lacalle Pou.

La Usina de Percepción Ciudadana estimó en su última encuesta una intención de voto al FA del 47 por ciento, al PN del 25 por ciento y al PC de 16 por ciento.

«Considerando la tendencia, este es un escenario favorable para el FA», dijo a Xinhua Alejandra González, investigadora del equipo de la Usina.

Los dos bloques que han marcado la política uruguaya de las últimas décadas parecen sólidos y no hay un trasiego de votantes entre ellos.

Los partidos de la CR (PN, PC, Cabildo Abierto y Partido Independiente) «tienen las barreras más bajas como para ir captando votos de uno y otro», evaluó González.

En cambio, el FA «está captando sobre todo votos de indecisos», agregó la experta, quien consideró que «es probable que el FA obtenga mayoría parlamentaria».

El panorama también se plantea favorable para la izquierda en una eventual segunda vuelta, el 24 de noviembre, en la que Orsi tendría un 50 por ciento de las adhesiones y Delgado un 40 por ciento, según la Usina de Percepción Ciudadana.

González recordó que en los últimos balotajes el FA acumuló más votos en relación con la primera vuelta, mientras la CR no necesariamente retiene todos los sufragios cosechados en la primera instancia.

Si bien casi la mitad de la población aprueba la gestión de Lacalle Pou (51 por ciento), destacada por su manejo de la pandemia, la sequía y la inflación, no ha logrado transferir esa popularidad a Delgado, quien se desempeñó como secretario de la Presidencia en este mandato.

«Su imagen y su popularidad es buena y ha hecho difícil a otros miembros del Gobierno u otros posibles líderes construir sus liderazgos», interpretó la socia y directora de Cifra, Mariana Pomiés, en diálogo con Xinhua.

En un escenario de cierta «apatía» y con una campaña electoral «fría», según coinciden analistas y políticos, las propuestas de los candidatos son muy similares y apenas tienen matices.

Apenas subió la temperatura del debate la propuesta de reforma constitucional sobre seguridad social, que elimina el sistema previsional privado y lleva a 60 años la edad mínima jubilatoria, rechazada por los tres principales candidatos, aunque es impulsada por algunos sectores del FA.

Orsi promete gobernar con «honestidad» y fomentar el «crecimiento económico» con «inclusión social», Delgado apuesta por un «segundo piso de transformaciones» utilizando las bases que dejó Lacalle Pou y Ojeda se presenta como la «nueva política» y se define ideológicamente como «pragmático».

El investigador del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de la República (Udelar), Antonio Cardarello, señaló a Xinhua que Orsi y Delgado destacan por su gestión pública eficiente y su capacidad de diálogo, pero muestran «cierta deficiencia» porque «no son candidatos que hayan generado una pasión entre los electores».

El nuevo Gobierno comenzará a definirse el próximo domingo en unas elecciones con voto obligatorio en la que están habilitados para votar 2.727.120 electores.