Los viajes se siguen suspendiendo y hay temor por el cierre del ramal. Desde la Asociación Amigos del Riel buscan que la administración Pullaro se quede con la explotación
El servicio de trenes entre Rosario y Cañada de Gómez sigue enfrentando suspensiones recurrentes, y aumenta la incertidumbre sobre su continuidad. La falta de locomotoras ha dejado a los pasajeros sin opción más que recurrir a colectivos, mientras que resurgen rumores sobre la intención del Gobierno nacional de cancelar éste y otros ramales en todo el país. Desde la Asociación Amigos del Riel de Rosario salieron a solicitar que el Gobierno de la provincia de Santa Fe tome las riendas del servicio para asegurar su permanencia.
Mariano Antenore, miembro de Amigos del Riel, dijo en diálogo con la radio Sí 98.9 que el problema se debe a que la locomotora del tren es utilizada como «comodín» para reemplazar otras máquinas en servicios de larga distancia, lo que deja el tren Rosario-Cañada sin operar. «Cada 15 días el servicio deja de funcionar porque sacan la locomotora para usarla en otro tren», indicó Antenore, quien denunció una «no política» en materia ferroviaria.
Antenore también mencionó la posibilidad de que los servicios regionales pasen a depender de las provincias, algo que, según dijo, algunos funcionarios nacionales han sugerido de manera informal. «Si bien creemos que las autoridades federales deben garantizar el funcionamiento de los trenes de pasajeros, si no lo hacen, no quedará más remedio que la Provincia asuma el compromiso», afirmó.
El temor de los usuarios y activistas ferroviarios radica en que, como ya ocurrió con el tren de Laguna Paiva, el servicio entre Cañada de Gómez y Rosario pueda ser relegado. «No sabemos cuál es la postura del gobernador Maximiliano Pullaro, pero si no hicieron demasiado con otros trenes, tememos que suceda lo mismo aquí», expresó Antenore.
El servicio entre ambas ciudades tiene capacidad para vender 144 pasajes y, aunque viaja lleno, no cuenta con la posibilidad de aumentar su capacidad. Según Antenore, la falta de inversión en infraestructura podría llevar a los pasajeros a optar por el ómnibus, que, aunque más caro (5.000 pesos frente a los 800 del tren), ofrece una alternativa viable aunque limitada.
La demanda por una intervención de la Provincia crece, mientras los usuarios siguen esperando soluciones para un transporte público que consideran esencial.