El defensor tenía todo listo para jugar con el Globo, pero una arritmia truncó el pase y volvió al Canalla
La vida de Juan Cruz Komar dio un giro inesperado en las últimas semanas. Tras ser cedido a préstamo de Rosario Central a Huracán en agosto, el defensor de 28 años vio frenada su carrera cuando en la revisión médica con el «Globo» le detectaron una arritmia cardíaca. A raíz de estudios complementarios, el cardiólogo Roberto Peidró determinó que la afección no podía resolverse únicamente con medicación y que era necesario someterlo a una operación.
En su primera aparición pública tras la cirugía, Komar relató cómo vivió el proceso: “Nos miramos a la cara con todas las partes (Central, Huracán y yo) y nos dimos cuenta de que era una cagada para todos”. El jugador explicó que el diagnóstico lo tomó por sorpresa justo cuando había firmado con Huracán, debido a la urgencia del club por contar con él para el próximo partido contra Estudiantes.
Komar destacó que la arritmia no había sido detectada previamente por ninguno de sus clubes anteriores, como Central o Talleres, debido a la naturaleza del problema: «No se puede culpar a nadie porque si no se manifiesta en esos segundos que duran los estudios, es imposible detectarla». A pesar de la complejidad de la situación, trató de verla desde una perspectiva más optimista: “Por suerte la detectaron en Huracán, yo trato de ver todo no tan de forma hamletiana; no todo es bueno o malo, cada cosa tiene su lado positivo y negativo”.
El zaguero describió el primer mes tras la detección de la arritmia como el más difícil, lleno de incertidumbre sobre su futuro en el club porteño y los pasos a seguir: «Pasé por momentos de mucha duda, entre si me quedaba en Buenos Aires o volvía a Rosario, si me operaba o no. Todo ese tiempo fue un limbo».
Finalmente, el 3 de septiembre, Komar fue operado con éxito y ahora se encuentra en proceso de rehabilitación en Arroyo Seco, entrenando lo que puede con el plantel de Central. Bajo la supervisión del doctor Peidró, el defensor estima que en unos tres meses podría volver a entrenar con normalidad.
A pesar del impacto negativo en lo futbolístico, Komar resaltó que esta pausa también le está permitiendo reflexionar sobre su carrera y valorar aspectos que normalmente pasan desapercibidos en la vorágine del fútbol. En relación a su regreso a Rosario, comentó con satisfacción: «Volví a encontrarme con muchos compañeros y aunque no puedo hacer mucho en los entrenamientos, disfruto de estar nuevamente en el club».
El jugador también admitió haber pasado por algunos momentos difíciles: “Tuve unos poquitos días deprimido, pero reencontrarme con la gente en Rosario me ayudó mucho”. Ahora, su mirada está puesta en la recuperación y el regreso al fútbol, con una nueva perspectiva que valora tanto su carrera profesional como los tiempos de introspección que esta pausa forzada le ha permitido disfrutar.