La suba que tuvieron los alquileres el año pasado todavía desata fuertes cruces. Días atrás una ONG dio a conocer un informe señalando que en 2017 el aumento llegó al 31,7% promedio, superando todos los índices inflacionarios y e incrementos paritarios. Sin embargo, desde las dos cámaras inmobiliarias locales respondieron que el ajuste fue menor y en muchos casos rondó el 25%. También destacaron que las rentas crecieron por debajo del resto de los gastos asociados a la vivienda y otros costos fijos.
El relevamiento que trajo la polémica se dio conocer días atrás y lo realizó a la Concejalía Popular, una entidad que pugna por el derecho de los inquilinos.
Según el trabajo, el alquiler de un departamento de un dormitorio en el centro cerró en diciembre en $6.593 promedio, y de dos habitaciones en unos $8.230, con leves diferencias entre el centro y los barrios. La suba acumulada –siempre de acuerdo a este informe– desde 2015 fue de 73 por ciento para una habitación y 71,7 para dos cuartos.
El estudio se efectuó tomando como referencia una base de datos de contratos locativos de distintos barrios de la ciudad con los que esta ONG realiza un seguimiento desde hace 14 años. También se tuvo en cuenta los inmuebles ofrecidos en los anuncios publicitados en diarios, revistas y otras publicaciones de la ciudad.
En ese marco, la Concejalía elaboró un promedio de los valores de las locaciones tomando en cuenta las diferentes cotizaciones de las propiedades, dependiendo la zona, la antigüedad, los amenities y el estado de las unidades.
Así, el alquiler de un departamento de un dormitorio en el centro fue en promedio de $6.931, en el macrocentro de $6.553 y en los barrios llegó a los $5.893.
El incremento comparado con los valores para cerrar un contrato por la mismas comodidades en 2016 fue del 32,09 por ciento en el nivel general para este segmento.
En el caso de los departamentos de dos dormitorios, el valor promedio relevado fue de $8.230. En el centro trepó a $8.420, en el macrocentro a $8.035 y en los barrios a $7.546. En ese segmento la suba interanual detectada fue del 31,3 por ciento, comparado con los números de fines de 2016.
En todos los casos las cifras están por encima de la inflación y lo acordado en paritarias por gremios y patrones el año pasado.
Según el Instituto Provincial de Estadística y Censos (Ipec), la suba de precios fue del 26,1 por ciento en 2017. Mientras que el grueso de los sindicatos firmaron aumentos salariales que rondaron el 25 por ciento.
La respuesta
En este marco, representantes de las empresas inmobiliarias locales salieron en las últimas horas a cuestionar el informe de la Concejalía Popular con cifras propias.
Según el titular de la Cámara de Empresas Inmobiliarios de Rosario (Cadeiros), José Ellena, el ajuste en los alquileres no llegó al 30% el año pasado. “Además, la suba fue muy variada. Lo que más aumentó fueron los departamentos céntricos de un dormitorio. Pero las casas de barrio y locales comerciales se incrementaron en promedio un 25 por ciento. No más de eso”, señaló el intermediario.
Lo números que entregó Ellena surgen de un informe que la entidad elaboró junto a la otra cámara local, la Corporación de Empresas Inmobiliarias (Ceir), el cual fue presentado a fines del año pasado en una de las reuniones del Consejo Económico y Social, espacio que lleva adelante el municipio.
En este caso, el trabajo comparó el alza de los alquileres con otros rubros y gastos vinculados a la vivienda.
“Si ves lo que se pagaba hace dos años de API o por el servicio de agua las diferencias son muy grandes. En el caso de Aguas Santafesinas el ajuste llegó en poco tiempo al 150%. Estas cosas son las que también le quitan mucho poder adquisitivo al salario”, mencionó el empresario.
“Son muchos los rubros y servicios que han subidos más que los alquileres. Por ejemplo, las prepagas se encarecieron 50 y pico por ciento en solo un año. Y la nafta lo hizo casi el 100 por ciento en dos años”, agregó Ellena, quien pidió que se deje de estigmatizar al sector.
“Hay quienes nos quieren hacer creer que detrás del mercado inmobiliario hay grandes grupos económicos o gente poderosa. Y eso no es así. El sector está atomizado. Muchos de los que salen a alquilar alguna propiedad son personas mayores que tienen otra casa y que con ese ingreso ayudan a su magra jubilación”, señaló.
Ya se lleva hasta el 40 por ciento
La suba en las rentas son siempre muy sensibles al bolsillo de los asalariados. Desde la Concejalía Popular habían señalado que actualmente el alquiler de una propiedad ya se lleva alrededor del 40 por ciento del sueldo de un empleado promedio.
“Sobre finales del año pasado se firmaron contratos que contenían indexaciones del 30 por ciento para 2018, algo que está por encima de los aumentos de precios y sueldos que se vienen. Es preocupante porque el gobierno nacional apunta a bajar la inflación al 15 por ciento y trata de desalentar las paritarias por encima del 20. De esa manera el inquilino seguirá perdiendo poder adquisitivo”, señaló días atrás en diálogo con este medio Ariel D’orazio, integrante de la Concejalía.
El dirigente dijo luego que las rescisiones contractuales aumentaron en el último tiempo “producto de la imposibilidad de pago de los inquilinos”.
“Eso está llevando a que muchos se bajen a una unidad más chica y económica. Otros, que habían logrado independizarse, volvieron a la casa de sus padres”, explicó.
Según D’orazio en Rosario el 32 por ciento de la población no tiene vivienda y debe salir a alquilar.
“Esto se da en todas las grandes ciudades de Argentina por el valor que tiene el metro cuadrado y la brecha que hay con los salarios. Cada vez hay más personas que alquilan por la imposibilidad de llegar a la casa propia”, explicó.
Por Pablo Moscatello
Fuente: El Ciudadano