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Cerró histórica fábrica en Rufino y dejó a sus empleados sin salarios ni indemnización


La metalúrgica Barabino bajó las persianas en el sur de la provincia de Santa Fe tras 30 años de actividad

La metalúrgica Industria Barabino, ubicada en Rufino, en el sur de la provincia de Santa Fe, cerró sus puertas luego de más de 30 años de actividad. La decisión dejó a 11 empleados sin trabajo y sin recibir los salarios ni indemnizaciones correspondientes. Los trabajadores denuncian que, desde diciembre, no se les han realizado los aportes sociales y han tenido retrasos en el pago de sueldos.

El cierre de la fábrica, la segunda del sector en la ciudad en los últimos meses, se produce en un contexto de crisis en la industria metalúrgica, afectada por la caída en la producción y el consumo. Según la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la situación es cada vez más crítica, con más de 12 mil despidos a nivel nacional y cierres masivos de fábricas en el interior del país.

Diego Olave, secretario general de la UOM en Venado Tuerto, explicó que los empleados decidieron darse por despedidos tras no recibir sus quincenas completas. «Aceptaron reducir la jornada laboral, pero no tenían tareas asignadas y aún así se les exigía cumplir horario», señaló Olave en diálogo con www.eldestapeweb.com. En respuesta, la empresa negó los despidos, aparentemente para evitar pagar las indemnizaciones.

Uno de los trabajadores afectados, Darío Suárez, con 21 años de antigüedad, lamentó la falta de apoyo. «Cuando debíamos cobrar el aguinaldo, el patrón nos depositó 50 mil pesos como si fuera una burla», dijo Suárez en una entrevista radial.

Mientras que otro de los despedidos es Pedro Rodríguez, con 39 años de antigüedad en la fábrica: «Estamos parados totalmente, porque no nos dan tareas. Nos presentamos para ver si podemos seguir, pero no tienen material y muchas máquinas no andan. Nosotros somos empleados, ellos deberían definir. Solo nos dicen que no tienen plata». 

La situación es similar a la de la metalúrgica Simagro, también de Rufino, que cerró a comienzos de año dejando sin empleo a 15 personas. A diferencia de Barabino, Simagro indemnizó a sus trabajadores. Ambos cierres reflejan la profunda crisis que atraviesa el sector metalúrgico, con una producción en caída libre y fábricas históricas que han tenido que cesar su actividad.

El panorama no es exclusivo de Rufino. Talleres Belgrano en Chivilcoy, y Fabio Hnos en Valentín Alsina, también cerraron este año, afectando a cientos de trabajadores. La recesión en la industria ha golpeado particularmente a las automotrices y la construcción, con caídas interanuales de hasta el 26%.

Los trabajadores de Barabino enfrentan ahora un futuro incierto, sin trabajo y sin el respaldo económico que les corresponde por ley.