“No me cayó de sorpresa”, dijo el baigorriense que corrió 8 carreras en F-1 entre 1988 y 1989. Hoy, a los 70 años, dialogó con CLG
Franco Colapinto hará historia. No es tan difícil de dilucidar esta pronta realidad. Cuando este domingo se suba al Williams y haga los primeros metros en la Fórmula 1 pasará a ser del selecto grupo de corredores argentinos que llegaron a la categoría más importante del automovilismo mundial.
En este seleccionado, que sin lugar a duda encabeza Juan Manuel Fangio, se encuentran cuatro santafesinos: Alfredo Pián (una carrera en 1950), Clemar Bucci (cinco participaciones entre 1954-55), Carlos Reutemann (146 presencias en F1) y Oscar Larrauri (ocho carreras entre 1988-89).
CLG dialogó con Larrauri, hoy de 70 años, para analizar este hecho histórico, que significa la vuelta de un argentino a la Fórmula 1 después de 21 años. “No me cayó de sorpresa porque las condiciones deportivas las mostró”, aseguró el oriundo de Granadero Baigorria.
No es nada fácil para los argentinos estar en la Fórmula 1. Las distancias comercialmente quedan expuestas. Todo se hace cuesta arriba para un piloto albiceleste, por eso la aparición de Colapinto fue tapa de diarios. “Nosotros vendemos solamente cereales y es difícil participar así de una incursión en casa ajena”, definió Laurrari, sin embargo, volvió a destacar las cualidades del próximo argentino en F1: «Lo venía siguiendo. Vi una carrera que ganó en Monza con el Fórmula 3, vi la carrera también de Imola en Fórmula 2 y realmente tiene las condiciones. Fórmula 1 es otra cosa, pero yo no creo que esté lejos”.
Las primeras maniobras marcarán el tiempo de Colapinto. El tiempo de adaptación es primordial, los tiempos se reducen a la mitad una frenada a 100 metros de una curva con una velocidad de 340 k/h se debe hacer en 1.2 segundos, detalló el «Poppy» y exhortó al joven de 23 años a “estar tranquilo”. En este sentido, reiteró: “Lo vi en Monza e Imola con maniobras de mucha soltura. Lo importante es hacer las cosas justas en su determinado tiempo y es allí donde yo destaco que este tipo tiene las condiciones. Le va a llevar 3 o 4 carreras. no podemos exigir mucho a quien todavía no ha participado de la Fórmula 1”.
Más de 35 años pasaron desde que Laurrari se subió por última vez a un auto de fórmula 1. “Poppy” pudo correr ocho carreras. Su mejor resultado fue un 13° puesto en México, pero descolló en Mónaco, donde clasificó 18° para largar. El presupuesto en aquella época no era el suficiente y la conducción del santafesino fue destacada a pesar del auto de EuroBrun Racing.
Cuatro décadas más tarde la tecnología se apoderó del deporte y la competición cambió, pero «Poppy» no se hace eco de esta situación y afirmó: “Hay que estar más preparado que antes inclusive. Antes había un esfuerzo distinto porque se rompían las manos, no había lugar en el habitáculo. Hoy se ha salvaguardado mucho al piloto, sobre todo. La seguridad es distinta. Hacer rebajes hoy se hace de una manera distinta a mi época. Se dice que antes era mejor, era más difícil manejar. Todos los momentos son difíciles, no hay ni peores ni mejores. Cuando corría había que manejar ese auto que andaba también a 300 km por hora. Con goma fina. Y era difícil. No obstante, hoy los pilotos son muy profesionales, no hay espacio para un improvisado”.
El baigorriense debutó en 1988 en la máxima categoría, sin embargo dos años antes se subió por primera vez a un Fórmula 1 en Portugal. Una invitación a probar los autos lo llevó hasta el país luso y en una recta muy larga entró a fondo, en el final un curvón lo esperaba y a 100 metros de la maniobra, mientras conducía a 200 k/h, pisó el embrague. Casi al instante la carga aerodinámica del auto clavó los frenos y la maniobra fue riesgosa, pero pudo sortearla. En la segunda vuelta, relató Larrauri: “Para hacerlo le pegué una patada al freno y doblé el curvón como venía. O sea, de coraje”, se rió.
El salto de categoría es realmente importante y queda demostrado en la anécdota del ex piloto. Un pasaje que, según el especialista, a Colapinto no le costará: “No lo he visto cometer errores. Va a andar bien. Me entusiasmó realmente ver que un argentino pueda representarnos en la Fórmula 1”.
No obstante, el baigorriense hizo hincapié en el vehículo con el que compite Colapinto: “Williams tiene una historia riquísima, pero hoy es otra cosa. Lo que ha hecho fue destruir la economía del equipo, porque cada carrera es un auto nuevo».
Orgullo albiceleste
El nacido en Pilar será el 26° piloto argentino en Fórmula 1. El primero Juan Manuel Fangio en 1950, el último Gastón Mazzacane en 2001. En el medio pasaron el “Lole” Reutemann, José Froilán González, Óscar Alfredo Gálvez, Norberto Fontana, entre otros. El automovilismo, al no ser un deporte de selecciones, tiene la particularidad empoderar a cada uno de los que forman parte de este grupo selecto, en el cual Laurrari tiene un lugar.
“Como deportista siempre me sentí argentino”, aseguró «Poppy». Previo a su participación en la Fórmula 1, el baigorriense compitió en Fórmula 2 y 3, completando una trayectoria internacional de 17 años.
En 1982, participó del Gran Premio de Zandvoort, en Países Bajos. El mismo año que se consagró en el Campeonato Mundial de la Fórmula 3.
Ese año, atravesado por la Guerra de Malvinas, también se hizo sentir en el deporte. El santafesino logró el 1° puesto y cuando se subió al podio comenzó a entonarse el himno británico, cuando los protocolos marcan que debe reproducirse el del ganador, en este caso, argentino. “Cuando me di cuenta me bajé del podio, era abusivo, una falta de respeto”, recordó. Esta anécdota la guardó durante muchos años y sólo los periodistas que acompañaron al piloto en dicha carrera la pueden recordar. Más de 40 años después la recuerda con la bronca de aquel día.