La madre de Sheila Ayala, la niña de 10 años que fue asesinada en el distrito bonaerense de San Miguel, planteó hoy la posibilidad de que el crimen se haya producido por los «celos» que, según dijo, provocaba la niña en sus tíos.
Leonela Ayala, tía de la nena y detenida junto a su esposo por el crimen, le tenía «celos» a la nena porque siempre llegaba a la casa de su padre «con ropas nuevas y cosas que ella capaz que no podía darle a su propia hija», sostuvo Yanina, madre de la víctima.
También aseguró que no cree en el testimonio de Leonela Ayala ante el fiscal del caso, en el que aseguró que no estuvo presente en el momento en el que supuestamente su esposo, Fabián González Rojas, mataba a la nena.
«Ella estuvo en todo momento con su marido. La tía no se puede desligar del crimen», expresó la madre en diálogo con la prensa.
Además, consideró que la mujer detenida es una «cínica», por haber salido en la televisión, junto a su marido, como acongojada por la desaparición de la niña.
«Si hay un Dios justo, la van a pagar», remarcó Yanina, en tanto pidió que investiguen a la actual pareja del padre de Sheila, ya que consideró que pudo haber «cómplices» en el brutal crimen de su hija.
Leonela Ayala fue trasladada este lunes a la Alcaidía número 3 de La Plata (ex Unidad 29 de Melchor Romero) anexo mujeres del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), donde permanecerá detenida hasta que el juez resuelva su situación judicial.
Si le llegan a dictar el procesamiento con prisión preventiva será alojada en alguna Unidad carcelaria del SPB.
Por su parte, González Rojas, pareja de Leonela, permanece apresado en la Alcaidía Departamental San Martín.
Yamila calificó de «mala» la actuación de la Policía, sobre todo por la tardanza en encontrar el cuerpo de su hija, cuando llevaba varios días muerta.
«Tenían un perro para encontrarla viva, pero también tendrían que tener alguno para encontrar una persona muerta», opinó.
Sheila desapareció el pasado 14 de septiembre en el barrio Trujui y su cuerpo fue encontrado recién el viernes último, en un sector en el que se arrojan residuos del predio tomado en el que vivía con su padre.
Por el hecho fueron detenidos Leonela Ayala, de 25 años y hermana del padre de la niña, y su esposo, de 24, quienes en una primera declaración ante la Policía sostuvieron que «se habían pasado de drogas y alcohol» antes de cometer el asesinato.
No obstante, mientras González Rojas se negó a declarar ante el fiscal del caso, Gustavo Carracedo, Ayala, quien dio luz el viernes a su cuarto hijo, pidió hacerlo desde el hospital en el que se encuentra internada y aseguró que no estuvo presente en el momento en el que su esposo habría matado a la nena.
La determinación de la mujer se produjo luego de enterarse que había perdido la tenencia de sus cuatro hijos, incluido Efraín, el recién nacido.