La mayoría de las víctimas se encontraban en situación de calle. Un poema hallado entre los cadáveres fue vital para poder encontrarlo y detenerlo
Abdelaâli Hadi, conocido como «el carnicero de Taroudant», fue un asesino serial marroquí que secuestró, violó y mató a nueve chicos de entre 11 y 16 años entre 2000 y 2004, en su mayoría en situación de calle.
Hadi nació en 1962 en una familia de clase trabajadora en Taroudant, pero a los 11 años abandonó la escuela y se mudó con su familia a Bensergaou tras la muerte de su mamá.
Cuando tenía 14 años fue víctima de un abuso sexual en grupo por parte de marginales callejeros, en lo que pudo haberlo marcado de por vida, al tiempo que a los 16 años regresó a Taroudant, donde continuó con su vida.
El 20 de agosto de 2004 los habitantes del lugar hallaron restos humanos, entre ellos varios esqueletos y ocho cráneos, esparcidos por todo el valle de la ciudad. De inmediato llamaron a la Policía, en un hecho de amplia repercusión mediática.
La autopsia practicada a esos restos óseos determinó que las víctimas eran adolescentes de entre 13 y 16 años y habían muerto al menos seis meses antes del descubrimiento.
Asimismo, se confirmó que los cuerpos habían sido exhumados y luego colocados en el valle de Taroudant el 19 de agosto.
El ADN recogido de las muestras de suelo en la escena del crimen coincidió con el de los padres de tres de los chicos asesinados, por lo que se pudieron identificar.
Los progenitores fueron interrogados y explicaron que los chicos habían trabajado en una comisaría, por lo que la Policía dispuso una estricta vigilancia en los alrededores de la seccional.
Entre las calaveras, los investigadores encontraron un pedazo de papel que contenía un poema con la fecha «12 de octubre, semana 41, Adidas 55, Hadi 2303, Adidas 5». Ese hallazgo fue enviado a un laboratorio en Casablanca para su análisis, pero sin éxito.
La Policía cambió el modo de encarar la búsqueda y empezó a analizar pistas relacionadas con el nombre «Hadi».
Luego de consultar una base de datos de la fuerza marroquí, encontraron a Najib Hadi, un empleado de una estación de carretera cercana.
Cuando lo interrogaron, este hombre dijo que tenía un hermano llamado Abdelaâli, que también trabajaba en la comisaría y vivía en el barrio de Mahatta de Taroudant.
El 7 de agosto de 2004, finalmente, unos agentes de Policía acompañados por Najib fueron a la casa del múltiple homicida y se vieron sorprendido cuando este les abrió la puerta.
«Estaba esperando que me salvaran de mi tortura. Estuve sufriendo día y noche. Quiero dormir y curarme», dijo. Cuando se le preguntó si él era el asesino de los niños, se hizo cargo de los crímenes y fue detenido.
Durante su interrogatorio policial, confesó todos los homicidios y dio los nombres de todas las víctimas, al tiempo que dio a conocer que había matado a un noveno chico.
El 11 de diciembre de 2005, el Tribunal de Apelaciones de Agadir condenó a Hadi por los asesinatos y le dictó la pena de muerte, además de una multa de 195.000 dírhams, tras un juicio que duró un año.
En el estrado, el asesino serial Hadi ratificó lo de la novena víctima y dijo que sentía placer del asesinato de niños, al tiempo que incluso tuvo un orgasmo mientras estrangulaba a los
adolescentes.
A pesar de todo eso, el asesino pareció expresar remordimiento, ya que cuando el juez le preguntó si lamentaba sus acciones, respondió: «Esto es entre Dios y yo».
El condenado reveló que el poema escrito en un papel que hallaron los investigadores era un mensaje a la Policía para que buscara a un Hadi que llevaba zapatillas Adidas y que «55» representaba esposas en ambas manos, ya que «5» es una jerga para esposas en Marruecos.
El múltiple homicida murió el 6 de mayo de 2022 en el corredor de la muerte de la prisión central de Moul El Berki, situación que enfureció a los familiares de las víctimas porque querían que fuera ejecutado.