Por José Odisio - CLG
Por José Odisio
Nada es fácil. Si Sebastián Méndez imaginaba que con la victoria ante Barracas tenía todo resuelto, el empate con gusto a poco frente a Independiente Rivadavia dejó muchos frentes abiertos y una clara sensación de que hay mucho para trabajar y corregir.
Banega la rompió en el reinicio, pero Independiente tomó nota y lo cercó muy bien. Y Newell’s volvió a ser un equipo con mucho desborde externo y malas terminaciones. Repetitivo, de pocas ideas, con un nueve encerrado y sin participación. Y las chances no sobraron. Y el 0 a 0 fue un castigo a esa falta de innovación ofensiva.
Hubo reprobación final de los hinchas. Parecería exagerada si se toma en cuenta que es el segundo partido del ciclo Méndez que está invicto. Pero hay un enojo acumulado, y la paciencia escasea. Y todo indica que el Clásico será un termómetro para el respaldo de la gente. Demasiada presión en corto plazo para el DT.
Los refuerzos que llegaron son buenos. Salcedo, Cardozo y Méndez están por encima de los futbolistas que reemplazaron. Y Carabajal es un buen suplente, aunque anduvo mal frente a los mendocinos. Falta un nueve suplente, alguien que pueda reemplazar a Ramírez, que sigue bajo de nivel y su presencia en cancha a veces sólo se justifica por no tener una alternativa en el banco.
Hay mucho para corregir. Y poco tiempo para hacerlo. Méndez lo sabe y no debería sumar esa presión a su trabajo, que apenas tiene dos partidos de muestra. Pero con el hincha descontento, no será fácil transitar los próximos partidos si los resultados no acompañan.