Por Enrique Genovar - CLG
Por Enrique Genovar
Siempre hay una más para Miguel Ángel Russo. Siempre tiene un as en la manga. Por cómo venía jugando y cuando el destino dijo que debía enfrentar a Internacional de Porto Alegre muchos pronosticaron una eliminación. Sin embargo, de Brasil, Rosario Central se trajo lo que fue a buscar: la clasificación a octavos de final de la Copa Sudamericana.
Central en Porto Alegre demostró ser un equipo de hombres. Un equipo que demostró carácter para que todo quede a su favor luego de la victoria en el juego de ida. Un planteo inteligente de Russo, las circunstancias lo llevaron al entrenador a hacer lo que tan bien hace.
El técnico diagramó el partido como terminó saliendo. Claro que para ello contó con jugadores que pudieron llevar a cabo su plan a la perfección. Con el overol siempre puesto, concentrados de principio a fin y con un gran corazón para dejar en el camino a un rival riquísimo en cuanto a individualidades.
Central jugó con muchísima personalidad en Brasil. Fue superado en cuanto a la tenencia de la pelota en gran parte del juego. Pero más allá de esto no sufrió más de la cuenta. Fue efectivo en marcar en el único juego franco al arco que tuvo y luego fue práctico a la hora de aguantar.
Russo lo hizo de nuevo. Cuando parecía hace poco tiempo atrás que todo podía terminar, el técnico logró lo que muchas veces ha conseguido: revitalizar un equipo que había dejado atrás las cualidades que lo habían llevado al título el año pasado.
Ahora se vendrá Fortaleza, otros de los equipos bravos. Y si bien la tarea para continuar no será sencilla, los hinchas se pueden quedar tranquilos que este equipo saber jugar esta clase de compromisos y que tienen el corazón como principal motor para seguir poniendo el nombre del club lo más arriba posible.