Por José Odisio - CLG
Por José Odisio – CLG
Todo inicio de ciclo genera expectativa. Y el estreno del Gallego Méndez no es la excepción. El hincha siempre recicla su ilusión. Permite dudar de sus malas sensaciones, deja un rato en el cajón sus enojos y piensa que algo bueno puede pasar. Y lo único que le hará saber si estaba equivocado o no son los resultados, como casi siempre.
A la hora de buscar buenas señales, la llegada rápida de cuatro refuerzos interesantes abre algo de crédito a esa expectativa inicial. Juan Ignacio Méndez, Fernando Cardozo, Saúl Salcedo y en menor medida Gabriel Carabajal entran el el grupo de futbolistas que en el fútbol argentino pueden considerarse más que buenos refuerzos. Y el DT los tuvo con tiempo, salvo Salcedo, el resto llega al reinicio con buen rodaje, sin tener que esperar esos ‘tiempos de adaptación’ que a veces se hacen eternos.
Obviamente el debut con Barracas como visitante y el choque con Independiente Rivadavia en el Coloso cuatro días después darán un primer panorama. Ganar será importante. El entrenador reitera este concepto cada vez que puede, ya que semblanteó al grupo y seguramente notó esa necesidad de triunfo para recuperar confianza.
Y por más que no lo diga, hay dos frentes muy claros para apuntar. El Clásico, que se jugará dentro de pocas semanas, tal vez la primera prueba de fuego real para Méndez; y la Copa Argentina, donde los planetas parecen alinearse para que Newell’s elija creer. En octavos el rival será Central Córdoba de Santiago del Estero y no Estudiantes; si pasa lo espera un equipo de ascenso (Temperley o Mitre de Santiago); y la llave muestra en semifinales a Huracán o Argentinos como lo más peligroso. ¿Será esta vez?
El hincha no deja de lado cierto escepticismo, pero siempre apuesta a su corazón leproso. E ilusionarse con un nuevo ciclo es casi una obligación, aunque hay tantas cicatrices que eso parece una locura