Dos sacerdotes chilenos fueron restituidos en sus funciones luego de ser suspendidos en medio de una investigación por abuso sexual y de poder que involucra a más de una decena de religiosos, indicó este viernes un comunicado de la Iglesia.
El arzobispado de la ciudad de Rancagua (120 km al sur de Santiago) anunció la restitución en sus cargos de los sacerdotes Aquiles Correa y Gino Bonomo tras cerrar una investigación canónica por una supuesta red de religiosos que habrían cometido abusos sexuales y de poder, uno de los escándalos que ha sumido a la Iglesia chilena en su peor crisis histórica.
Ambos sacerdotes fueron rehabilitados debido a que «las denuncias recibidas en estos casos no son verosímiles», agregó el comunicado del arzobispado de Rancagua.
Las indagaciones comenzaron hace cuatro meses luego que una feligresa denunciara públicamente esta supuesta red de abusos de sacerdotes que se hacían llamar la Familia. La Iglesia chilena anunció la separación de más de una decena de religiosos mientras se realizaba la investigación.
Por este caso, el diácono de la localidad de Las Cabras, Luis Ramos, fue separado de sus funciones por el Vaticano tras haber sido acusado por conducta impropia y abuso sexual a menores cuando ejercía el cargo de director de un colegio en esa localidad en 2013. Otros dos párrocos renunciaron al sacerdocio.
La investigación la realiza el padre Patricio Cavour «quien sigue trabajando en las otras causas de sacerdotes denunciados que hay en la diócesis», explicó el comunicado.
La Fiscalía chilena también investiga este hecho, al igual que varias otras denuncias en contra de más de un centenar de obispos, sacerdotes y religiosos por abuso sexual de menores y el encubrimiento de estos en un escándalo que ha provocado un fuerte remezón en la Iglesia católica.
Hasta ahora, el papa Francisco aceptó la renuncia de siete obispos chilenos, y expulsó del sacerdocio a otros dos obispos eméritos y al influyente sacerdote Fernando Karadima, quien estaba separado de la Iglesia desde 2011.