Lo-Fi es una idea de tres fotógrafos que caminan las calles de Rosario y busca capturar imágenes con las ya históricas cámaras digitales
¿Quién no guarda una foto impresa? ¿Cuántos de esos momentos quedaron inmortalizados por única vez? ¿Cuál fue el momento único que se intentó guardar en una foto que fue arruinada por la “contraluz”? Aunque parezca un pasado muy lejano, hace menos de una década las cámaras digitales, del tamaño de la palma de la mano, estaban inmersas en la sociedad y en todo momento podía presionarse el botón para darle una entidad a un recuerdo. Muchos dirán que sucede lo mismo con los celulares, pero aquellas cámaras tenían un límite escueto de batería, memoria interna y, por qué no, un grado de espontaneidad que hoy ya no existe.
Bajo esa búsqueda está Lo-Fi, una reciente cuenta de Instagram que apuesta por capturar imágenes espontáneas y con la utilización de cámaras con una década de historia. Todas las imágenes que fueron publicadas tienen dos particularidades: son actuales y ninguna lleva edición de por medio.
Se trata de tres fotógrafos que decidieron solapar su trabajo con una forma más orgánica, natural y fuera de la estructura que generan ciertos ámbitos. “Es salir, sacar y si sale lindo o no, no importa, se expresó y listo”, aseguró Fernando, uno de los integrantes del equipo.
La apuesta por cámaras digitales, pre 2012, motiva el disfrute de quienes forman Lo-Fi, además quita la presión de caminar por las calles con artefactos que, en muchos casos, superan el millón de pesos. Actualmente, una cámara digital en funcionamiento puede encontrar por menos de 10.000 pesos en tiendas virtuales.
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Las cámaras digitales fueron un objeto familiar en sus comienzos. Cumpleaños, fiestas de fin de año y hasta salidas eran el motivo para ponerla en funcionamiento, con el paso del tiempo este objeto acompañó a los adolescentes millennial y el furor de fotolog. En ese contexto, miles de fotos fijaron momentos sin la posibilidad de una segunda oportunidad: algo que hoy parece impensado.
“La fotografía del día a día ahora está constantemente creando para los otros con los filtros, los encuadres y con la posibilidad de probar varias veces”, analizó Fernando y sostuvo: “Mucho responde ciertos cánones sociales que se motivan”.
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Lo-Fi no apuesta por una mirada filosófica o estética, sino que intenta “volver al aura de lo que creamos”. Con las cámaras digitales “ya no se piensa en una foto para los otros o que sea perfecto. Lo compacto tiene su encanto en el manejo y en la precisión”, remarcó.
La propuesta está abierta para todo aquel que tenga una cámara previa al 2012 y encuentre en la fotografía un ocio. Lo-Fi invita a participar hasta aquellos que desempolven un celular de la primera década del Siglo XXI.
El próximo paso será la creación de un podcast abordando este tema y lo que significa retratar momentos únicos en low fidelity.