La luthier Emiliana Arias Silva se presentó en el Concejo Municipal, donde se avanza en la chance de crear "La Ruta de las Campanas"
«Imaginar las calles de Rosario como partituras en blanco aún por escribirse». Así propone Emiliana Arias Silva, la luthier que llegó al Concejo Municipal haciendo sonar la campana. Es que las comisiones del Palacio Vasallo comenzaron a debatir la posibilidad de crear “La Ruta de las Campanas”, una iniciativa que propone revalorizar los campanarios de Rosario y su sonido.
Arias Silva viajó a Italia y se trajo la experiencia de los pastores de montaña que gracias a los cencerros reconocen el comportamiento o pérdida del animal. “Empecé a pensar cómo traerlo a Rosario y aparecieron las campanas que, en algunos casos, están desde el origen mismo de la ciudad utilizados como un medio de comunicación. Me di cuenta de que están perdiendo el crédito que se merecen y terminan siendo unas estructuras gigantes perdidas en la altura”, recordó la luthier en diálogo con CLG.
“Los campanarios empezaron a enmudecerse, un poco por el auge del boom inmobiliario de la ciudad. Si se quedan mudos, es una campana muerta”, agregó Arias Silva.
El proyecto tomó forma como un concierto de campanas, para ello, el proyecto propone declarar al sonido de este instrumento como “patrimonio sonoro, pensando en el sonido que queremos generar en la ciudad como parte de nuestra identidad porque las obras continúan y los que molestan son los campanarios”, ironizó.
El proyecto, según su autora, busca consensuar para lograr que las campanas tengan “el respeto que se merecen” y que los vecinos que se ven afectado por el sonido de la campana no se sientan invadidos por el sonido. “No es lo mismo quien vive en altura que alguien que está a la par de la calle”, entendió Arias Silva y expresó la posibilidad de programar su toque en acuerdo con los vecinos: “Tal vez pueden sonar una vez al año con un evento especial en un lugar específico”, deslizó.
«Pienso también en conciertos itinerantes que se pueden incluir dentro de la grilla de la programación de la Municipalidad, como son la noche de las peatonales, la noche de las librerías, la noche de los museos, podríamos tener la noche de los campanarios. Entonces hacer sonar una vez al año esas campanas”, manifestó Emiliana que ya lleva relevadas unas 15 campanas en la ciudad, pero aclaró que ese número se puede extender a más de 70 de altura y que funcionaron como medio de comunicación desde su instalación, la mayoría de ellas en edificios religiosos, pero también en gubernamentales.
En su relevamiento pudo identificar el buen estado de los instrumentos a pesar de su corrosión típica en el bronce por la antigüedad. Sí marcó que muchas de ellas desarticularon su sistema para hacerlas sonar, ya que empezaron a sonar a la par de relojes y al no poder desincronizarlos, se desactivaron del sistema de cuajo.
Emiliana Arias Silva se llevó una grata sensación de la reunión con concejales y remarcó que en la actualidad siguen sonando varios campanarios como el de la iglesia de Mendoza y Entre Ríos o la de Santiago y Mendoza, también en el Palacio de los Leones de la Municipalidad o el carrillón (conjunto de campanas) del Palacio Fuentes en Santa Fe y Sarmiento.
En este sentido, la autora del proyecto se preguntó: “¿Qué sonidos producimos como comunidad? ¿Cuáles vamos a tolerar y cuáles no? Yo me imagino la ciudad, sus calles como partituras, aún por escribirse, partituras en blanco, y poder recorrer estas partituras en blanco, estas calles, a medida que van apareciendo de un modo itinerante estos conciertos de campanas. Sueño con eso. Sueño con salir a caminar un día por la ciudad y encontrarme con conciertos de campanas. Es transformar a la ciudad en un gran instrumento musical”.