El 30 de marzo se desataba una inmensa movilización de protesta dirigida por la CGT, mientras los buques argentinos se dirigían a las Islas. El 2 de abril se produjo el desembarco en Puerto Argentino y el inicio de la guerra
El desembarco y recuperación de la soberanía de las Islas Malvinas por parte de las Fuerzas Armadas argentinas ocurrió el 2 de abril de 1982, en el marco de una operación militar que ya venía desarrollándose desde unos días antes.
La «Operación Rosario» había comenzado el 28 de marzo, cuando tropas del Ejército Argentino y de la Armada zarparon desde la base naval Puerto Belgrano, en el sur bonaerense, y fijaron rumbo a las islas a órdenes del Comandante de la Operación, General Osvaldo García.
Se denominó de esa forma a instancias de integrantes del Ejército, quienes recordaron que durante las Invasiones Inglesas un grupo de criollos y españoles se puso bajo la advocación de la Virgen del Rosario para enfrentar a las tropas invasoras.
A raíz de las malas condiciones climáticas en el Atlántico Sur, con vientos que golpeaban a más de 70 kilómetros de hora, el 30 de marzo se decidió detener la ejecución del plan, y se fijó el 2 de abril como día D para el desembarco.
Aquel día se desarrolló en Buenos Aires y otros puntos del país una inmensa movilización denominada «Paz, Pan y Trabajo», que estuvo dirigida por la CGT Brasil de Saúl Ubaldini.
El teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri, que en ese entonces lideraba la Junta Militar, ordenó la represión y hubo 2074 detenidos, entre los cuales estaba el activista por los Derechos Humanos Adolfo Pérez Esquivel y un grupo de Madres de Plaza de Mayo.
En Mendoza la Gendarmería asesinó a balazos al sindicalista minero José Benedicto Ortiz.
Fue el principio del fin de la dictadura, que iba perdiendo día a día legitimidad y apoyo social.
El 31 de marzo, la flota argentina -que había zarpado tres días antes- interrumpió las comunicaciones con el continente.
La Inteligencia norteamericana detectó los movimientos de los buques argentinos, y dio aviso a las autoridades británicas.
El gobernador de las Islas Malvinas, Rex Hunt, ordenó a la población una batería de medidas defensivas y dispuso que su residencia oficial se convirtiera en el cuartel de operaciones de los Royal Marines para la defensa del control británico del anchipiélago.
Finalmente, el 2 de abril las Fuerzas Armadas argentinas tomaron posesión de Puerto Argentino iniciando la Guerra de las Malvinas, que se hallaban en manos de la corona británica desde 1833, es decir, casi un siglo y medio de usurpación.