A pesar de destacar las decisiones del Ministerio de Justicia, la vicegobernadora fustigó al funcionario nacional
La vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia, condenó enérgicamente las recientes declaraciones del ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, quien expresó su temor a sufrir un atentado durante su visita a Rosario. Scaglia calificó los comentarios como «pésimos y desafortunados», aunque reconoció la importancia de la presencia del ministro en la ciudad. Además, instó a avanzar en la implementación de la ley de extinción de dominio.
«En estos días viajamos con un equipo a Rosario. No digo el día a ver si me están esperando a los tiros», fueron las palabras de Cúneo Libarona al finalizar la primera reunión del Consejo Asesor Interinstitucional de la Reforma Procesal Penal Federal. El ministro detalló las modificaciones que busca implementar para transformar la Justicia, con el inicio del Código Procesal Penal Federal en la Cámara Federal de Apelaciones en Rosario.
Scaglia respondió a los dichos del ministro, criticando su tono, pero respaldó su presencia en la ciudad. «Pésimo y desafortunado, por lo menos la declaración», expresó en una entrevista con LT8. «Su presencia es muy necesaria y lo que hacen en materia de Justicia Federal es el camino correcto», añadió.
La vicegobernadora enfatizó la importancia de la actuación del ministro en temas como el narcotráfico y el lavado de activos, y solicitó avanzar en la aplicación de la ley de extinción de dominio para controlar las propiedades de quienes cometan delitos relacionados con el narcotráfico. «No se puede tener a los cabecillas narcos en la cárcel pero que sigan teniendo todos sus bienes y sigan operando», argumentó.
Asimismo, Scaglia valoró la llegada de efectivos de las Fuerzas Armadas a la ciudad, destacando que su presencia contribuirá a mejorar la seguridad en determinados territorios. «Se tienen que hacer tareas de inteligencia, no es una pelea que hay que dar solo con territorialidad o presencia de móviles en la calle», concluyó.