La hipoacusia es una dificultad que altera la calidad de vida del ser humano. Hay más 360 millones de personas con pérdida auditiva en todo el mundo
En la Argentina entre 700 a 1.200 niños al año nacen con pérdida auditiva y más de 500.000 personas viven con problemas auditivos.
Este domingo, al conmemorarse el Día Mundial del Implante Coclear, que mejora la calidad de vida de miles de personas con pérdida auditiva severa, se estima que el número de implantes ya superó los 60.000.
Se puede colocar un implante coclear en un niño a partir de los 8 meses de vida hasta pacientes adultos mayores de manera unilateral o bilateral.
En los bebés es importante realizar un diagnóstico temprano, dentro de los tres primeros meses de vida, para planificar su tratamiento y lograr lo antes posible un desarrollo de la vía auditiva normal.
«La intervención del implante coclear contribuye para mejorar la calidad de vida de miles de personas con pérdida auditiva. Se evalúa en el caso de aquellos pacientes que presentan pérdida de audición de severa a profunda, que no reciben beneficios con el uso de audífonos. Es prioritario concientizar a la población sobre la importancia de la detección temprana de la hipoacusia y su tratamiento inmediato», explicó la jefa del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Británico de Buenos Aires (M.N. 97.025), Carolina Binetti.
En ese hospital se realizaron en 1987, los primeros tres Implantes de Latinoamérica.
«Es importante detectar las pérdidas auditivas de manera rápida e instituir el tratamiento adecuado, que va desde la colocación de audífonos hasta un implante coclear» indicó Binetti, quien agregó: «El implante coclear es un dispositivo electrónico, complejo y pequeño. A diferencia del audífono que amplifica el sonido, el implante se ubica en la parte dañada del oído interno (cóclea), y envía las señales sonoras eléctricas al nervio de la audición, permitiendo que esta información llegue al cerebro donde es interpretada».
La hipoacusia es una dificultad que altera la calidad de vida del ser humano.
La falta de audición en la infancia provoca que la interacción social sea dificultosa y que los niños tengan que realizar un mayor esfuerzo cognitivo para el aprendizaje, por lo que debe ser tratado de manera inmediata. En el adulto conlleva a una dificultad para comunicarse, llevando al aislamiento social, bajo rendimiento laboral, disminución de la autoestima y depresión, mientras que en los adultos mayores aumenta el riesgo de desarrollar demencias.
Según la Organización Mundial de la Salud, existen más 360 millones de personas con pérdida auditiva, 5% de la población mundial.
La incidencia en niños es de 5 cada 1.000 recién nacidos, proporción que aumenta a 1-10/100 y 1-2/50 en los recién nacidos internados en terapia intensiva neonatal.
En América Latina hay aproximadamente 30 millones de personas con pérdida auditiva, de las cuales 5 millones presentan hipoacusia de tipo severa.
Actualmente se estima que alrededor de un millón de personas fueron implantadas en el mundo.