El madrileño Sainz, gran estratega y mejor piloto, aguantó este Dakar durísimo y se proclama campeón por cuarta vez con la salvedad que en cada oportunidad lo hizo con una marca diferente: Volkswagen 2010, Peugeot 2018, Mini 2020 y Audi 2024.
Sainz-Cruz ganaron con un tiempo de 48 horas, 03 minutos y 33 segundos, seguido por el belga Guillaume de Mevius y el francés Xavier Panseri (Rebellion Toyota a 1h 20min y 54seg y el francés Sebastian Loeb y el belga Fabian Lurquin (BRX Prodrive) a 1h 36min y 92seg.
La dupla Sainz-Cruz hizo historia al ser los primeros corredores en convertir un coche híbrido en campeón del Dakar. Un hibrido es un auto que emite alrededor de un 80 por ciento menos de CO2 (dióxido de carbono) que un modelo tradicional, por lo que es significativamente menos contaminante; ayudando a reducir los gases de efecto invernadero.
Pesa a no ganar ninguna etapa, Sainz y el catalán Cruz fueron durante gran parte del Dakar y, en las tres etapas más complicadas los grandes protagonistas.
Quedaron segundos en una primera jornada llena de piedras y pinchazos, segundos en la sexta, una crono de 48 horas por el mayor desierto de arena y terceros en la penúltima, otra maratón de piedras en la que Sainz bajó el ritmo tras ver la avería de Loeb, consciente de que ya nadie podría acercarse a su tiempo.
La estrategia de Sainz fue evidente, ser muy regular. Eso le dio la chance de abrir pista pero sin apretar al máximo para recortar tiempo y posiciones en la general, como tuvo que hacerlo Loeb hasta el último día.