Marine Le Pen, líder del partido francés Asamblea Nacional, fue imputada por un posible delito de malversación de fondos públicos, con pena hasta diez años de cárcel, y castigada con un millón de euros de multa. Ahora enfrenta el riesgo de no poder ser candidata electoral.
El camino se presenta cada vez más cuesta arriba para la dirigente de ultraderecha francesa, que hoy se presentó frente a los jueces que instruyen el sumario sobre los supuestos empleos ficticios del antiguo Frente Nacional en el Parlamento Europeo pero se negó a responder.
La Justicia agravó así los cargos que pesan sobre ella, hasta ahora inculpada por abuso de confianza, estafa, falsedad y trabajo simulado, en el marco de una investigación iniciada en 2016 para determinar si se puso en marcha un sistema para pagar con fondos de la Unión Europea los salarios de asistentes parlamentarios que, en realidad, trabajaban para el partido.
Le Pen, quien en repetidas oportunidades dijo que es «totalmente inocente», explicó que no respondió hoy ante los jueces en espera de la decisión de la Cámara de Casación sobre su apelación.
En la investigación están involucrados 17 diputados y unos 40 colaboradores parlamentarios, entre los cuales se encuentran Louis Aliot, pareja de Le Pen y el europarlamentario Nicolas Bay.
El daño a las cajas europeas sería de 6,8 millones de euros. Ya se incautó un millón de fondos públicos destinados al partido, gravemente endeudado.