El flamante diputado nacional del Partido Socialista por Santa Fe dialogó con CLG sobre las decisiones que empezó a tomar el Presidente
En la última semana del año que acaba de culminar, Javier Milei elevó un proyecto de ley al Congreso de la Nación en el que busca modificar más de 100 leyes y normativas que existen en Argentina. Bajo el nombre de «Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos», comúnmente llamada “Ley Ómnibus”, las reformas explayadas en sus 664 artículos están vinculadas a temas de emergencia económica, fiscales, previsionales, electorales, reorganización administrativa, justicia, ambiente, turismo, deporte, salud pública, infraestructura, servicios y la criminalización de la protesta. CLG dialogó con Esteban Paulón, diputado nacional por Santa Fe por el Partido Socialista, quien enmarcó a la Ley Ómnibus en una trilogía de actos “autocráticos” que se componen con el discurso de asunción “de espalda al Congreso, simbólicamente dando un mensaje” y el mega Decreto de Necesidad y Urgencia “con un claro desprecio hacia el Congreso y diciendo que va a gobernar de esa manera”.
Para Paulon, los movimientos de Javier Milei se dan porque “es consciente de que tiene una minoría en su parlamento, menos del 10% de senadores y del 12% de diputados”.
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Respecto a la Ley Ómnibus, el legislador reparó rápidamente en sus primeros artículos que “establecen una delegación de facultades legislativas al presidente en más de 60 materias, que son competencia original del Congreso, por dos años, con la posibilidad de que el propio presidente decida prorrogárselas por dos años más. Es decir, el presidente plantea dos años de cierre virtual del Congreso porque va a poder gobernar por decreto sin ningún tipo de problema”.
“Básicamente es una persona que tiene una creencia de que alguna divinidad lo ha enviado, lo ha puesto en ese lugar por el destino, y en ese sentido tiene que venir a salvar a la República y que es la única persona que sabe cómo”, agregó Paulón. Además, según la mirada del legislador, el Presidente “se enoja mucho con la realidad cuando no coincide con lo que él piensa y él tiene que entender que no”.
En este contexto, el diputado socialista instó al Congreso a resolver “qué rol quiere jugar de aquí en adelante” y planteó dos escenarios: “Quiere estar totalmente inexistente y ser prescindible los próximos años o quiere jugar un rol de garantizar que el país funcione como una República y que este gobierno no se lleve puesto todo”.
Paulon definió el contenido de la «Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos», al igual que el mega DNU, como una “desmesura total” generando un “instrumento que realmente no tiene lógica” porque “mezclan distintas razones de derechos como puede ser trabajo, derecho ambiental, relaciones económicas, medios de comunicación, ley de alquileres o cuestiones electorales”
Esta diversidad de propuestas “pretenden embarullar, confundir y avasallar”, afirmó Paulon y reiteró que aprobar el paso de facultades legislativas al Poder Ejecutivo va en detrimento de la institucionalidad: “Sería tener vacaciones por cuatro años con la plata de la gente. No quieren laburar”.
«Está muy en discusión esto de si es un mandar todo para ver qué sale, o hay efectivamente una idea profunda», analizó Paulón y continuó: «Para mí es el programa de Milei y va a un estado totalitario, o sea, en nombre del liberalismo tres personas juntas en una plaza tomando mates tienen que pedir autorización a la policía, o sea, es el liberalismo más intervencionista que existe”.
El debate se deberá dar antes del 31 de enero, aunque el presidente puede extender el período de sesiones extraordinarias durante febrero si no se llega a las tablas. En este sentido, Paulon, que recientemente se unió con Monica Fein al bloque “Hacemos Coalición Federal” que tiene referentes como Miguel Ángel Pichetto, Ricardo López Murphy, Nicolás Massot, Emilio Monzó, Florencio Randazzo y Margarita Stolbizer, aseguró que el Congreso “va a dar pelea y marcará límites” y reivindicó el valor del debate legislativo: “Tendré que aceptar las decisiones cuando se logre la mayoría en el Congreso, como espero que el Presidente acepte las decisiones de mayoría aunque no coincidan con él”.