Monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, instó a los argentinos a preocuparse por llegar a ese objetivo
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y obispo de San Isidro, Oscar Ojea, sostuvo que «no hay modo posible de construir la paz» si el pan no llega «principalmente, a «todos los chicos y chicas» del país, por lo que instó a los argentinos a «preocuparnos» para alcanzar ese objetivo.
«Debemos preocuparnos por que el pan llegue a todos, que no haya nadie que no quede sin ese bien primario principalmente nuestros chicos, si no no hay modo posible de construir la paz», dijo monseñor Ojea en su mensaje con motivo de la Navidad, difundido por la CEA.
Ojea consideró que «el Niño Jesús tiene una preocupación especial por la paz, él ha venido a traer la paz. Tenemos verdaderamente una preocupación seria para que el alimento pueda llegar a todos los chicos y chicas de nuestra Patria», expresó.
Y agregó: «Si no nos preocupamos por ellos, nos despreocupamos, y si nos despreocupamos, seremos hombres y mujeres sin horizonte, hombres y mujeres cuyas vidas no valen la pena».
Según un informe dado a conocer a comienzos de este mes por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), la pobreza multidimensional urbana ascendió en el tercer trimestre de 2023 al 44,7% del total de la población y al 62,9% de los niños y adolescentes.
Las cifras de la medición reflejaron un crecimiento de los índices respecto al mismo trimestre de 2022, cuando la pobreza llegó al 43,1%.
El obispo de San Isidro afirmó que el «el Niño Jesús quiere acompañar nuestra vida», como también, aseguró, «compartir nuestra pequeñez y nuestro llanto, nuestra limitación como seres humanos que necesitamos para existir del apoyo y del sostén de los demás, no somos autosuficientes».
«El Niño Dios -sostuvo- nos recuerda también, aquellos que han tenido el privilegio de ser padres, a nuestros hijos; la experiencia de tener un hijo, la experiencia de poder ver esa maravilla que Dios hace con el misterio de la vida y, al compartir la vida de todos los niños, el Niño Jesús tiene una preocupación especial por la paz, él ha venido a traer la paz», señaló.
En el mensaje que compartió para la Navidad, Ojea indicó que «Dios se ha hecho un ser humano y ha venido a compartir la vida con nosotros; desde el comienzo, él ha querido ser un niño como nosotros y vivir la experiencia del nacer».
«Nosotros no recordamos nuestro nacimiento, pero, es una experiencia dura. Todos nacemos llorando, salimos de un medio como el vientre de mamá y nos enfrentamos con el oxígeno, con la luz que son medios hostiles; nos encontramos solos, pequeños, llorando con muy poquito peso, dependiendo totalmente de los demás», mencionó.
El presidente de la Conferencia Episcopal expresó que la tradición religiosa de besar «los piececitos del Niño, que en el fondo es besar los pies de nuestros hermanos y hermanas», representa que el Niño Dios «ha querido embarrarse con nosotros, caminar nuestra tierra, hacerse uno de nosotros y enseñarnos a servir; besar los pies del niño es comprometernos con el servicio de los hermanos y hermanas», reflexionó.
Ante la proximidad de la celebración navideña, Ojea pidió que Dios conceda «junto al Niño Jesús rescatar estas preocupaciones esenciales que nos van a llevar a vivir a fondo el misterio de la Nochebuena y de la Navidad, hacernos buenos, configurados con Jesús para poder servir cada día mejor a nuestros hermanos».