A mediados de la semana pasada, en declaraciones televisivas, el ministro Caputo ratificó que «el corazón y el ancla del programa siempre fue fiscal. Como Tesoro no le vamos a pedir más financiamiento al BCRA».
(Por Emiliano Bonanotte)
Economistas de distintas tendencias coincidieron hoy en que la corrección de precios relativos y la intención de eliminar el déficit fiscal van en el sendero correcto, pero advirtieron sobre la viabilidad política y social del ajuste en marcha, que generará más inflación y recesión, al menos en el corto plazo.
Transcurrida la primera semana de gobierno de Javier Milei, distintos especialistas analizaron las medidas iniciales tomadas por el equipo económico, que conduce el ministro Luis Caputo, que incluyeron un salto cambiario en el dólar mayorista del 118,3% hasta los $800 y la liberación de algunos precios regulados, como los combustibles.
Además, el Ministerio de Economía trazó una hoja de ruta para alcanzar en 2024 el superávit fiscal, que incluye un aumento en los ingresos en torno a 2,2 puntos del PIB y una reducción del gasto primario del 2,9%.
Al respecto, fuentes del equipo económico indicaron a Télam que los primeros pasos del programa son “corregir la enorme distorsión de los precios relativos” y terminar en el mediano plazo con la dominancia fiscal de la política monetaria; esto es, con la necesidad de que el BCRA asista al Tesoro con financiamiento. De allí el objetivo planteado por Milei de alcanzar el superávit financiero en 2024, y no sólo el primario.
En diálogo con Télam, el Chief Economist de BlackTORO Global Investments, Fernando Marengo, señaló que “las medidas van en la dirección correcta. Un programa económico en Argentina tiene que estar basado en un ancla fiscal y un ancla nominal, que tiene que ser el tipo de cambio”.
“Toda la desventura de la economía argentina en las últimas décadas se origina en un déficit fiscal financiado con deuda que termina en crisis de deuda o financiado con pesos que culmina en una crisis inflacionaria, entonces definitivamente el ancla fiscal es fundamental”, agregó.
“Pero el ancla cambiaria también porque tantas décadas con déficit hicieron que la Argentina sea una economía donde se usa el dólar también como unidad de cuenta y, cada vez que el tipo de cambio se mueve, todos ajustamos nuestros precios”, añadió Marengo.
Por su parte, el director de CyT Asesores Económicos, Camilo Tiscornia, sostuvo que estamos viviendo una etapa de “sinceramiento de distintos precios de la economía que estaban reprimidos”, lo que es un paso necesario para luego aspirar a estabilizar.
“Obviamente eso va a generar inflación inicialmente. Y para que eso quede en un golpe transitorio, y no vuelvas a la situación anterior, las claves son la eliminación del déficit fiscal y el freno a la emisión monetaria”, agregó Tiscornia.
A mediados de la semana pasada, en declaraciones televisivas, el ministro Caputo ratificó que «el corazón y el ancla del programa siempre fue fiscal. Como Tesoro no le vamos a pedir más financiamiento al BCRA».
Y añadió que “El déficit genera inflación y por eso implementamos un plan creíble de déficit cero. Este es un plan ortodoxo clásico».
Las medidas iniciales del Gobierno incluyeron la puesta en marcha de un tipo de cambio para las importaciones con un recargo del 17,5% sobre el valor del dólar oficial y para las exportaciones retenciones del 15% en todos los casos, excepto en la soja (30%). De esta manera se dio vuelta el esquema que dominó buena parte del mandato de Alberto Fernández. Ahora, con un dólar “caro”, los incentivos a importar en demasía son escasos.
Con esta fórmula, el Gobierno pretende empezar a acumular reservas internacionales en el BCRA para transitar sin sobresaltos los meses que quedan hasta abril, período en el cual el sector agroindustrial comienza a liquidar divisas en grandes magnitudes. Esta semana la autoridad monetaria acumuló compras por US$727 millones.
¿Es sostenible el esquema o el ajuste anunciado del 2% mensual en el dólar lo dejará atrasado respecto a la inflación esperada de no menos de 20% para los próximos meses? En el BCRA creen que la importante corrección cambiaria del 118,3% servirá como ancla de las expectativas de inflación, además de dar un colchón para que se pueda mantener ese crawling, a pesar de que seguramente irá por debajo de la tasa de precios.
De cara a los próximos meses, el director de la consultora Analytica, Claudio Caprarulo, advirtió que “existen múltiples desafíos y una de las claves va a estar en que el Banco Central pueda mostrar acumulación de reservas. Estamos en una temporada baja de liquidación del agro que limita mucho la oferta de dólares, mientras que la demanda va a seguir siendo elevada, entre otras cosas por los vencimientos de deuda que enfrenta el gobierno”.
Entre el 9 de enero y el 1 de febrero del año próximo Argentina afrontará vencimientos con el FMI por más de US$2.800 millones. Luego el cronograma se liberará hasta el 9 de abril.
La idea del Gobierno es renegociar el acuerdo vigente con el FMI. El miércoles pasado, Caputo indicó que están «reformulando el acuerdo que estaba caído».
En la misma línea, fuentes oficiales del BCRA señalaron que “actualmente hay un acuerdo que se firmó en agosto después de la última revisión y, después de eso, automáticamente se incumplieron las metas. Estamos trabajando para corregir esa situación y que en lo inmediato el FMI provea los fondos para cubrir los vencimientos entre enero y marzo/abril”.
Y agregaron que el objetivo final es rediscutir el acuerdo para que quede alineado con el nuevo programa económico.
Las inquietudes principales de los economistas pasan por la viabilidad social del ajuste de shock en marcha, que generará una fuerte recesión, pérdidas de empleo y caída del consumo.
Al respecto, el economista de la consultora Epyca, Joel Lupieri, consideró que “el desafío principal residirá en no agotar el capital político que se ganó en las elecciones, manteniendo el apoyo de los sectores urbanos que pagarán parte del cambio de paradigma”.
“La conflictividad social será un punto que marque la agenda política y dependerá de cuán exhaustos estén los ciudadanos después de las primeras grandes olas inflacionarias” que vendrán, agregó Lupieri.
Caprarulo mencionó otro factor de conflicto: “los salarios seguramente queden muy atrasados” en los próximos meses.
Por su parte, el managing partner de Adcap, Javier Timerman, afirmó a Télam que “la mayoría de los candidatos coincidían en lo que había que hacer: reducir el gasto porque no podemos financiarlo e implementar algún tipo de devaluación porque no tenemos dólares y tenemos muchos pesos”.
“El tema es que la Argentina perdió la credibilidad para que este tipo de situaciones puedan hacerse a largo plazo. Por eso debería haber algún tipo de consenso nacional para tomar este tipo de medidas. Podría ser más valioso juntarse con la oposición, tener una política más acuerdista, porque se necesita el apoyo de la sociedad para hacerlo”, finalizó Timerman.