El Presidente vivió sus primeras horas en el Congreso y dejó algunas perlitas
La asunción del presidente Javier Milei fue de las ceremonias más breves desde el retorno a la democracia hace 40 años y la primera en la que un jefe del Estado no pronuncia un discurso ante los legisladores, sino que eligió hablar a sus seguidores desde las escalinatas del Congreso donde ratificó que el único camino posible para salir de la crisis económica «es el ajuste».
El acto de asunción fue austero aunque que el clima que prevaleció entre los miembros del gobierno saliente, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, tanto con Milei como con Victoria Villarruel, fue de cordialidad y hasta de sonrisas y apretones de manos.
Con un traje de chaqueta y pantalón color rojo, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner abrió la Asamblea Legislativa, la última que presidirá durante su mandato, a las 11.15 y ordenó el izamiento de la bandera nacional y la entonación del himno. Estaba acompañada por el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, quien izó la bandera.
Después de haber entrado al Congreso haciendo el gesto de ‘fuck you’ a un transeúnte que le gritó algo que le desagradó desde la calle, Cristina Fernández no dejó de mostrarse de buen humor, ni siquiera cuando le gritaron «a la cárcel, fuera, fuera», en uno de los tramos de la ceremonia.
Al hacer su ingreso en el recinto de Diputados, la Vicepresidenta fue aplaudida de pie pero sólo por los miembros de su espacio político, mientras que la mayoría de los legisladores de Juntos por el Cambio se quedaron en sus bancas.
Sin siquiera haber entrado al recinto, y cuando el secretario parlamentario Marcelo Fuentes mencionó que se aproximaba su arribo, Milei se llevó la ovación más fuerte al grito de «libertad, libertad» por parte de los legisladores de su espacio y todos los invitados situados en las bandejas superiores.
Inmediatamente después, Cristina Kirchner convocó a la designación de las comisiones de legisladores de Exterior y de Interior encargadas de recibir al mandatario electo y pasó a un cuarto intermedio hasta el arribo de Milei.
Ataviado de impecable traje negro y gesto adusto y siempre con una carpeta negra bajo el brazo, Milei llegó al recinto acompañado por la vicepresidenta electa Victoria Villarruel a través de la explanada del Palacio Legislativo que da a la calle Entre Ríos, donde fue recibido por el presidente saliente Alberto Fernández y por Fernández de Kirchner.
La cordialidad fue lo que predominó en los saludos en el salón Atrio del Congreso. Luego se dirigieron al salón Azul donde se firmaron los libros de actas.
El momento de mayor tensión en el recinto fue anterior al ingreso de Milei cuando los cinco diputados de la Izquierda se pararon delante de sus bancas con un cartel que decía «No al plan motosierra contra el pueblo», a lo que los simpatizantes de LLA ubicados en los palcos superiores les respondían al grito de «Motosierra, motosierra, y parásitos».
También, cuando el automóvil del presidente electo llegó al Congreso, otros simpatizantes del tercer piso comenzaron a cantar «Abran paso, llegó Javier Milei, abran paso, la casta va a correr», mientras la mayor parte del recinto permanecía en silencio.
La toma del juramento fue hecha por la Vicepresidenta saliente tanto a Milei como a Villarruel pero la colocación de la banda presidencial y del bastón de mando fue entregada por el presidente saliente Alberto Fernández, con quienes se saludaron con amabilidad y con un fuerte apretón de manos.
Una vez ungido, la primera persona a la que Milei fue a estrechar la mano fue al expresidente Mauricio Macri. Ambos se trataron de presidentes, mientras Cristina Kirchner y Alberto Fernández presenciaban la escena.
Una vez que se retiró Cristina Kirchner del recinto, fue Villarruel quien se hizo cargo de la Asamblea y agradeció «en nombre Javier» por haber presenciado este «día histórico» que -dijo- «quedará para siempre en los corazones».
El último saludo de Milei antes de dejar el recinto ya como Presidente fue a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y a los miembros de las fuerzas armadas.
Luego, en un hecho sin precedentes en la historia argentina, Milei abandonó la Cámara de Diputados sin pronunciar un discurso ante los representantes del Congreso.
En lugar de eso, se dirigió a la explanada del Palacio Legislativo y en un escenario montado sobre la avenida Entre Ríos, le habló a una multitud que lo vivaba ondeando banderas argentinas.