"Hablamos de economía, seguridad y fútbol", puntualizó Eduardo Bolsonaro y aseguró que hay "mucha esperanza" en la Argentina por la "posibilidad de un cambio real"
El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro, quien llegó anoche al país, mantuvo este viernes un encuentro con el mandatario electo Javier Milei, que definió como «una conversación entre amigos» en la que tocaron temas como «economía, seguridad y fútbol».
Bolsonaro y su hijo Eduardo arribaron a las 10 al hotel ubicado en la avenida Córdoba y Maipú, de la ciudad de Buenos Aires, donde Milei se aloja y mantiene reuniones con sus equipos técnicos.
«Fue una conversación entre amigos», definió Bolsonaro a la prensa tras el encuentro que duró cerca de 90 minutos mientras caminaba por la calle del hotel rodeado por periodistas.
«Hablamos de economía, seguridad y fútbol», puntualizó Eduardo Bolsonaro y aseguró que hay «mucha esperanza» en la Argentina por la «posibilidad de un cambio real».
«Tiene todo para ser un buen gobierno. La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio tienen la posibilidad de formar mayoría en el Congreso», añadió el hijo de Bolsonaro.
Durante el encuentro también estuvo presente la designada ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y una delegación de asesores del expresidente de Brasil.
El exmandatario Bolsonaro publicó un video del encuentro en su cuenta de la plataforma X donde se los ve sentados en círculo, conversando en una habitación del Hotel Libertador.
También se difundió un video de los presentes posando a cámara y celebrando el encuentro mientras cantan «León, león» en apoyo al presidente electo y destacan como «mito» al ex mandatario de Brasil.
Por su parte, Eduardo Bolsonaro también compartió un video junto a Milei donde ambos vociferan «Viva la libertad carajo».
En declaraciones a la prensa tras el encuentro, el ex presidente de Brasil sostuvo que no le sorprendió que Milei fuese elegido como presidente, afirmó que deberá «tomar medidas rápidas» y destacó el equipo de trabajo que asumirá este domingo.
«Argentina es muy importante para el mundo. En la cuestión ideológica el mundo esta polarizado», afirmó y consideró que es necesario respetar «la autonomía de cada país».
También dijo que hubo «muchas coincidencias» entre él y Milei, deseó que «Argentina crezca» y consideró que la situación «está peor» que la de Brasil.
«No opino sobre Lula», afirmó al ser consultado por el mandatario en el país limítrofe, Luiz Inácio Lula da Silva, mientras que los militantes que lo acompañaban comenzaron a cantar «Lula traidor, tu lugar es la prisión».
Previamente, en una entrevista que brindó esta mañana a radio Mitre, aseguró que junto con Milei «defendemos la democracia».
«El triunfo de Milei significa mucho en el mundo sobre todo en un contexto donde está muy dividido entre la izquierda y la derecha. Nosotros no somos opositores (a la izquierda ), somos enemigos», aseveró el ex mandatario en la entrevista.
En ese marco, indicó que con la izquierda «no se puede dialogar» porque expresiones como la suya y la del presidente electo buscan defender «la democracia, la libertad en el comercio y sobre todo algo muy importante que es la autonomía de cada país».
«Acepté la invitación de Milei porque somos un país vecino y hermano con Brasil y vamos a hacer lo posible para que Argentina crezca», agregó.
Además, Bolsonaro afirmó que «Argentina tiene sus peculiaridades, es un país grande, el segundo país de América del Sur, con riquezas minerales también» y dijo que «junto con Brasil se fueron perdiendo esas potencialidades cuando la izquierda entra al poder y si como en la Argentina se empobreció, el PT lo hizo en Brasil».
El ex presidente brasileño llegó anoche al aeroparque Metropolitano junto a una comitiva de una treintena de dirigentes aliados de la ultraderecha de su país, acompañado por su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro.
El ex presidente brasileño fue invitado por Milei a participar de su acto de asunción en una conversación que mantuvieron al día siguiente de las elecciones del pasado 22 de octubre en una videollamada que difundieron a través de las redes sociales.
Junto a Bolsonaro, llegó una comitiva de unos 30 dirigentes aliados de la ultraderecha de su país; entre ellos líderes legislativos de la extrema derecha y los gobernadores de San Pablo, Tarcisio de Freitas; Goiás, Ronaldo Caiado; y Santa Catarina, Jorginho Mello.
Una fuente del equipo del ex presidente Bolsonaro informó a Télam que la comitiva está integrada por unas 20 personas y que se buscará una reunión privada entre Milei y el ex capitán del Ejército brasileño, previa a la asunción del domingo.
Bolsonaro está inhabilitado hasta 2030 por la justicia electoral por haber denunciado falsamente fraude en las urnas electrónicas brasileñas con las que fue derrotado por Lula en las elecciones del año pasado.
En ese marco, el ´bolsonarismo’ tomó como propia la victoria de Milei, sobre todo porque el diputado Eduardo Bolsonaro, del Partido Liberal, viajó a Buenos Aires para apoyar personalmente la campaña del candidato de La Libertad Avanza.
Según la fuente, entre los aliados de Bolsonaro que tienen previsto asistir a la toma de posesión en Argentina se encuentran el presidente nacional del Partido Liberal, Valdemar Costa Neto, y los senadores Ciro Nogueira, Rogerio Marinho, Marcos Rogério, Jorge Seif y Magno Malta.
Nogueira fue jefe de gabinete de Bolsonaro, mientras que Marinho fue ministro de Desarrollo Regional y es uno de los principales opositores en el Congreso al gobierno de Lula.
También forma parte de la delegación el ex ministro de Comunicación Social y actual abogado de Bolsonaro, Fabio Wajngarten.
Por su parte, el presidente Lula decidió no asistir el domingo a la asunción de Milei y, en su lugar, enviará al canciller Mauro Vieira,
quien fue durante ocho años embajador en Buenos Aires, informó el ministro de Comunicación Social brasileño, Paulo Pimenta.
Lula había sido invitado días atrás en una carta entregada personalmente a Vieira en el Palacio de Itamaraty por la futura canciller Diana Mondino, quien destacó las relaciones entre Argentina y Brasil.
Pese a la carta, el mandatario brasileño se mantuvo en la posición de no acudir a la toma de posesión de Milei.