El Presidente electo cumplió una más que importante labor en el bastión más fuerte de Unión por la Patria
El líder de La Libertad Avanza, Javier Milei, tuvo una destacada performance electoral en la provincia de Buenos Aires, en donde perdió por menos de 150 mil votos contra el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa.
Con el 99,11% de las mesas escrutadas, el ministro de Economía obtenía 50,75% de los votos (4.909.477), mientras que el diputado nacional se quedaba con el 49,24% (4.763.136).
El resultado terminó siendo una victoria pírrica para el tigrense, quien debía profundizar el dominio del peronismo en suelo bonaerense para contraponer los anunciados triunfos del libertario en los distritos del Interior del país.
El voto en blanco fue de apenas el 1,78% (178.070) y los nulos, 1,36% (136.466).
La Provincia de Buenos Aires, históricamente dominada por el peronismo, era la gran esperanza de Unión por la Patria: confiaba en poder hacer pesar el poder de territorialidad de los intendentes, especialmente en el populoso Conurbano.
Sin embargo, en la Primera Sección Electoral, es decir los distritos del Norte y Oeste del Conurbano, Massa sólo sacó unos 50 mil votos de ventaja; y en la Tercera, que reúne a los partidos del Sur del cordón, cosechó 544 mil sufragios más que el libertario.
Esas exiguas diferencias marcan la sorprendente actuación de Milei en suelo bonaerense, que le permitió sumar una importante cantidad de votos y consolidar los triunfos en 21 provincias del país.
Con la confirmación de que Milei gobernará la Argentina a partir del 10 de diciembre, se repetirá una situación que se registró apenas en dos breves períodos desde el regreso de la democracia: Nación y Provincia serán gobernadas por distintas fuerzas políticas.
Desde fines de 1983, apenas entre el 10 de diciembre de 1987 y el 8 de julio de 1989 y entre el 10 de diciembre de 1999 y el 20 de diciembre de 2001 se dieron antecedentes en esa línea.
En el primero de esos períodos, la Provincia de Buenos Aires estuvo comandada por el peronista Antonio Cafiero, mientras en la Casa Rosada estaba el radical Raúl Alfonsín.
Luego, la Gobernación bonaerense estuvo en manos del dirigente del PJ Carlos Ruckauf y en el Sillón de Rivadavia estuvo sentado el radical Fernando De la Rúa, quien salió eyectado en la crisis de diciembre de 2001: poco después también lo haría el entonces mandatario provincial, quien fue sucedido por Felipe Solá.