Por Enrique Genovar
Ni el más optimista de los canallas lo pensaba. Central terminó un gran año como local. El equipo que dirige Miguel Ángel Russo le ganó al mejor equipo del fútbol argentino en la despedida del Gigante. Además, el Canalla extendió su invicto en casa a 28 partidos un dato no menor ya que es récord si se tienen en cuenta las 10 ligas más importantes del mundo.
Era impensada esta realidad cuando comenzó el año. Es que el retraso de las elecciones (de octubre para diciembre del año pasado) pusieron un sinfín de interrogantes. Pero el gran acierto de la dirigencia en elegir a Russo y el haber apuntado de buena forma un puñado de refuerzos hizo que todo se hiciera más fácil.
Central hizo de su estadio una fortaleza. Un reducto difícil para todo aquel que quería llevarse algo más de un punto de Avellaneda y Génova. Y vaya si lo fue…
En el último juego del año el que sucumbió fue nada menos que River. Para muchos el mejor equipo de la actualidad estuvo en ventaja, pero lo empató Martínez Dupuy antes del descanso y luego de un segundo tiempo de alto vuelo el Canalla se quedó con la victoria.
No fue un triunfo más. Es que más allá del peso del rival, Central lo volvió a vencer después de 14 años. Y encima esta victoria quedará en la historia. Ya que el Gigante no volverá a lucir como se conocía. El verbo en pasado tiene que ver con que las obras de remodelación ya arrancaron y cuando los hinchas vuelvan a su estadio lo verán diferente, con más capacidad, más moderno.
Central tuvo un gran año jugando en su casa. Una fuerte localía que hizo que el equipo de Russo se clasifique a un torneo internacional el año que viene y resultados que le permiten llegan a la última fecha del torneo con chances de meterse en los playoffs. El equipo de Russo contó con un plus para lograr lo que logró en condición de local. Es que si bien los hinchas no juegan, pusieron lo suyo desde las tribunas para que todos los que viniesen sintieran una presión extra.