El socialista António Costa presentó su dimisión al ser implicado en un escándalo relacionado con contratos energéticos
El primer ministro portugués, el socialista António Costa, presentó hoy su renuncia tras quedar salpicado en un escándalo de corrupción relacionado con contratos energéticos, mientras la oposición conservadora pidió al presidente que convoque rápidamente elecciones anticipadas.
«Las funciones de primer ministro no son compatibles con cualquier sospecha relativa a mi integridad. En estas circunstancias, he presentado mi dimisión al presidente de la República», Marcelo Rebelo de Sousa, declaró Costa ante la prensa.
Costa anunció su renuncia después de que la fiscalía inculpara a uno de sus ministros y a su jefe de gabinete en el marco de una investigación por supuestas irregularidades en la gestión de proyectos energéticos.
El político socialista estaba en el poder desde 2015, pero su popularidad se vio socavada por una serie de escándalos.
La oficina de Rebelo de Sousa hizo saber poco después que el mandatario conservador «aceptó» la renuncia y que convocó para el miércoles una reunión de los partidos con representación parlamentaria para organizar elecciones anticipadas.
La investigación que salpica a Costa está relacionada con sospechas de «malversación, corrupción activa y pasiva de cargos públicos y tráfico de influencia» en la atribución de concesiones para minas de litio y de producción de hidrógeno.
La Fiscalía portuguesa allanó hoy varios ministerios y la residencia del primer ministro para examinar en concreto el despacho de su jefe de gabinete, Vítor Escária, quien fue detenido, al igual que el alcalde de Sines, el socialista Nuno Mascarenhas, y del empresario Diogo Lacerda Machado, amigo íntimo de Costa.
También dio parte de la imputación del ministro de Infraestructuras, Joao Galamba.
Indicó asimismo que «el nombre y la autoridad del primer ministro fueron mencionados por los sospechosos», según informó la agencia de noticias AFP.
Precisó que Costa habría intervenido «para desbloquear expedientes» y que las acusaciones en su contra serán examinadas en una investigación independiente.
Costa se dijo «sorprendido» por la apertura de esa investigación.
La Justicia informó que debido al «riesgo de fuga» y a que persista «la actividad delictiva», decretaron la detención del jefe de gabinete del primer ministro, el alcalde de Sines y de dos directivos de Start Campus, un centro de procesamiento de datos.
El presidente del consejo directivo de la Agencia Portuguesa para la Protección del Medioambiente (APA) también es investigado, dos meses después de que el organismo anunciara su visto bueno, con condiciones, a un segundo proyecto minero para la explotación de litio en Portugal.
La decisión de Costa fue celebrada por la oposición conservadora en Portugal, el Partido Social Demócrata, que pidió al presidente Rebelo de Sousa que convoque rápidamente elecciones anticipadas, dado que «no es posible sustituir» a Costa por «cualquier otro ministro» del actual Gobierno socialista.
También se manifestó el líder de los liberales, Rui Rocha, para quien «no había otra solución» que no fuera la dimisión de Costa, cuya salida también supone «el fin de una solución para el país, que no funcionaba», replicó la agencia de noticias Europa Press.
«No creo que haya una solución que no sea la disolución de la Asamblea de la República y elecciones para que los portugueses se puedan pronunciar. Es urgente una nueva solución política», agregó.
En lo que respecta a las formaciones de la izquierda, solo Livre, que cuenta con un único representante en el Parlamento, el diputado Rui Tavares, declaró que «no son un partido incendiario» y que respetan los plazos de los órganos soberanos.
Portugal tiene las mayores reservas de litio de Europa y es además el mayor productor del continente, pero destina este metal a la industria cerámica y del vidrio. El litio puede ser utilizado para la fabricación de baterías eléctricas y es considerado clave en la transición energética.
Las ONGs ambientalistas y parte de la población local se opone a los proyectos mineros.
Costa, que fue alcalde de Lisboa, llegó al poder en 2015 gracias a una alianza inédita con la izquierda y los comunistas.
En su Gobierno, Costa aprovechó la coyuntura favorable para dejar atrás las medidas de austeridad aplicadas por la derecha a cambio de un rescate concedido al país por acreedores internacionales en 2011.
En su gestión, saneó las cuentas públicas y llevó al país al superávit presupuestario.
En enero de 2022 obtuvo una apabullante victoria electoral que le permitió gobernar con mayoría absoluta, pero su popularidad cayó en picada tras una serie de escándalos.
El más sonado fue el que afectó a la aerolínea estatal TAP, que llevó a la renuncia de una decena de ministros y subsecretarios.
El escándalo, conocido en los medios como «TAPgate», estalló hace casi un año después de que trascendió que una directiva de la aerolínea cobró una indemnización de 500.000 euros.
Después, la ejecutiva asumió la dirección de la empresa pública encargada del control aéreo y a continuación fue nombrada secretaria de Estado del Tesoro.