A diferencia de días anteriores, se incrementó la presencia policial y los miles de agentes destinados al operativos dejaron de hostigar a los hinchas argentinos
En clima de fiesta futbolera, con pirotecnia, cánticos y bengalas con los colores azul y oro, pasadas las 18 concluyó el banderazo convocado en la playa de Copacabana para alentar a Boca Juniors de cara a la final de mañana ante Fluminense en Río de Janeiro.
Miles de fanáticos con camisetas y banderas «xeneizes» se dieron cita durante toda la jornada, pero fue a partir de las 16 de este viernes que la multitud llegó a su punto máximo y el clima festivo desbordó de alegría, cerveza, fernet y caipirinhas.
🇧🇷 | Aficionados del Club Atlético Boca Juniors se congregan en Copacabana, Río de Janeiro, previo a la final de la Copa Libertadores. pic.twitter.com/iCRRQBVwl5
— UHN Plus (@UHN_Plus) November 3, 2023
Así, en un clima festivo, se disipó la tensión por las agresiones sufridas por los hinchas boquenses en los días anteriores, con epicentro en el jueves, cuando primero fueron los barras del «Flu» quienes robaron y golpearon a decenas de personas que viajaron desde distintos puntos de la Argentina hacia Brasil, y después fue la policía la que sumó golpes y malos tratos contra los hinchas.
¡AZUL Y AMARILLO! Así están las playas de Copacabana durante el banderazo de Boca. pic.twitter.com/3zR9gepqCg
— TyC Sports (@TyCSports) November 3, 2023
La playa de Copacabana fue entonces esta tarde la cita para una movilización sin precedentes en la «Ciudad Maravillosa», con miles de «bosteros» que no pararon nunca de alentar a Boca, que mañana ante Fluminense en el mítico estadio Maracaná buscará ganar su séptima Copa Libertadores.
Los hinchas de Boca llegaron este viernes en forma masiva a Río de Janeiro, tras el arribo de decenas de micros y varios vuelos (especialmente de Aerolíneas Argentinas) con simpatizantes que tiñeron Copacabana de azul y oro.
A diferencia de días anteriores, se incrementó la presencia policial y los miles de agentes destinados al operativos dejaron de hostigar a los hinchas argentinos y pasaron a cuidar que los barras de Fluminense no atacaran a los visitantes.