Por Diego Añaños - CLG
Por Diego Añaños – CLG
Bueno, parece mentira, pero los tiempos electorales que parecían ser eternos se han acortado vertiginosamente, y ya falta nada. Este artículo se escribe antes de las elecciones presidenciales generales y la incertidumbre no ha bajado ni una décima, de hecho ha ido creciendo con el paso de los días. Tanto han fallado las encuestadoras en los últimos tiempos que ya nadie toma en cuenta seriamente ningún pronóstico. Casi todos los analistas coincidían hasta horas antes de la apertura del comicio que el escenario más probable era una victoria de Milei, pero con un margen que no le permitiría ganar en primera vuelta. En ese escenario Sergio Massa aparecía como el más posible adversario en un balotaje. Sin embargo, siendo sinceros, eran todas especulaciones, todas suposiciones, todas sensaciones, pero casi ninguna certeza.
Dije casi ninguna certeza, y es así, alguna tenemos. Por ejemplo, esta semana tuvimos la certeza de que la Argentina consiguió ampliar el swap con la República Popular China. Durante su visita al gigante asiático, Alberto Fernández confirmó que el intercambio de monedas que ya estaba aprobado por un monto de U$S5.000 millones, se va a llevar a U$S6.500 millones. Es sin dudas un pequeño alivio en tiempos de vacas flacas, particularmente en la semana previa a la primera vuelta de las elecciones presidenciales, cuando el gobierno necesita fortalecer su posición de reservas más que nunca, para poder garantizar al menos algunos días de pax cambiaria. Una pax cambiaria que viene sosteniendo con alfileres desde que comenzaron los operativos en cuevas la semana pasada.
En ese sentido, y en un intento en paralelo para tranquilizar los ariscos ánimos de la City porteña, Sergio Massa aseguró que este mismo lunes se precancelarán los vencimientos con el FMI correspondientes a lo que resta del mes de octubre. El objetivo confeso es bajar los niveles de incertidumbre con respecto a las capacidades del Estado Argentino de responder a sus compromisos financieros. El monto total a girar es de alrededor de U$S2.700 millones, que se cubrirán con parte de los U$S7.300 millones que llegaron al país luego de las PASO, y en el marco del acuerdo con el organismo. Sin embargo Massa no se confía. No sólo continuó con la munición gruesa destinada a los piratas de la especulación cambiaria, sino que el gobierno no detuvo su pelea cuerpo a cuerpo en los mercados. De hecho, tanto las intervenciones sobre los dólares financieros (MEP y contado con Liqui), como aquellas que operan sobre el mercado de futuros, están a la orden del día y, si bien no se puede hablar de una victoria, al menos han conseguido moderar las expectativas devaluatorias de corto plazo.
El tema es que, obturado el canal cambiario, los sospechosos de siempre se van quedando con menos canales para expresar sus preferencias electorales (es decir, para esmerilar al gobierno). El bombardeo de la corporación mediática es incesante. Por un lado intentan destruir a Sergio Massa, mientras que al mismo tiempo insisten en tratar de levantar a una Patricia Bullrich que, igual que el Pinchilita, sólo fue útil a la hora de tirar un par de piñas. Hoy su candidatura definitivamente se pinchó, y es muy probable que sufra una humillante derrota. Paralelamente, los principales grupos económicos, están elevando las tensiones con subidas de precios desmesuradas. El anuncio por parte de Coca Cola a comienzos de esta semana de que iba a aumentar sus productos un 35% el lunes 23 es una clara muestra de estas maniobras de abuso de posición dominante. Sin apoyarse en ninguna razón vinculada a cambios en los costos, la empresa norteamericana anunció que realizará aumentos preventivos (sí, así como lo leen: “aumentos preventivos”), el día posterior a las elecciones. Si bien es cierto que históricamente estas empresas han actuado del mismo modo, es probablemente la primera vez que lo comunican abiertamente y con anterioridad. El comunicado aduce que la medida está directamente relacionada con la devaluación del dólar blue. Raro, dado que todos los insumos importados para la elaboración de las gaseosas se pagan a precio del dólar oficial. Además, la compañía sostuvo que de aquí en adelante no respetará los acuerdos de precios firmados con el gobierno, dado que que no está claro quién estará al frente del gobierno a partir de este domingo. Finalmente, también se vienen observando persistentes episodios de desabastecimiento, que generan una sensación de angustia y preocupación en la población. Nada nuevo, digamos, pero jode.
Para ir cerrando. Nunca hice un culto de la neutralidad periodística, y eso está claro. El único periodismo independiente que concibo es el que es independiente del billetazo. Pero me reconozco como sujeto político, y como tal no puedo independizarme de mis convicciones. Y es así como voy a votar el domingo: convencido, lo cual no quiere decir que vote contento. Porque, como decía Marcos Mundstok oficiando de relator de la Cantata del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras: “Parecido no es lo mismo, caballero”. Por eso repito, voy muy convencido, y no tan contento. Por si a alguien le queda alguna duda, no soy neutral: el domingo mi voto es para Sergio Massa y Agustín Rossi.