Muy lejos quedó el arranque perfecto de Bauza en su segundo ciclo como entrenador de Central. En las primeras tres fechas el equipo tenía puntaje ideal y estuvo solo en la punta del campeonato. Se destacó por la solidez defensiva y eficacia ofensiva. Sin embargo, todo eso es pasado porque con el correr de las fechas fue perdiendo esos atributos. Y el domingo pasado en el Gigante mostró su peor imagen al ser vapuleado por Unión.
Después de un comienzo prometedor con tres triunfos, el equipo ahora lleva seis sin conocer el triunfo, con tres empates y tres derrotas. Pero la crisis no se profundizó porque en los empates ante Talleres y Almagro (por Copa Argentina), logró avanzar en los penales.
Para entender la merma del equipo primero hay que remarcar que ya no tiene solidez defensiva y queda reflejado con los números, ya que en los últimos seis partidos recibió nueve goles. El domingo, el Tatengue le hizo cuatro.
Otro de los puntos flacos en el equipo está en la ofensiva. Si bien el medio carece de creación de juego, en las primeras fechas los delanteros se las ingeniaron para marcar con un debut 6-0 ante Juventud Antoniana por la Copa Argentina, y después cuatro goles en los primeras tres fechas. Sin embargo, en los últimos seis encuentros sólo marcó dos goles.
La lesiones también fueron un factor clave para explicar el bajón que sufrió el equipo. Óscar Cabezas, Leonardo Gil, Washington Camacho y Fernando Zampedri debieron alternar y algunos todavía están en recuperación.