El entrenador Jorge Sampaoli rompió el silencio y aseguró que la presión por ganar que sufre la Selección argentina hizo de cada partido en el Mundial de Rusia 2018 «casi un sufrimiento» y consideró que eso «contribuyó» a que el astro Lionel Messi no pudiera mostrar su mejor juego.
«En Argentina hay que ganar como sea, y así no se puede», afirmó Sampaoli en una entrevista brindada al diario deportivo español Marca tras varios meses de silencio y que se conoció este martes.
El entrenador señaló que «la mochila que tenía este grupo era demasiado pesada, estábamos todos empujados a un camino de obligación en el que era difícil hacer surgir el talento».
El director técnico aseguró que los meses donde estuvo alejado de la vida pública le sirvieron «para analizar el postmundial».
«Necesitaba este momento de análisis para sacar en claro cosas de cara a mi futuro. Me alejé de la vida mediática. Pero no dejé de hablar con el mundo del fútbol, ni perdí mi vida social, ni dejé de ir al cine, ni de irme a tomar un café a un bar. Y nadie cara a cara me criticó, al contrario», remarcó.
Al hacer un balance al frente del seleccionado argentino, Sampaoli insistió en que fue «un trabajo muy duro porque sólo había una opción: ser campeones del mundo» y remarcó que «en esa obligación ante cualquier adversidad, todo era más complejo».
«Debíamos tener equilibrio para que la obligación de ganar que tenía el jugador argentino no generara más ansia. Cada partido era casi un sufrimiento», reconoció.
Asimismo, del paso por Rusia 2018, donde Argentina sólo pudo ganar a Nigeria en la fase de grupos (2-1), destacó la experiencia de entrenar a Messi, al que «le pesaba como el que más no haber podido trascender grupalmente».
«Verlo tan comprometido, sufriendo mucho cuando no se ganaba. El mejor jugador de la historia estaba muy comprometido. Leo sufría como ninguno la imposibilidad de ser», añadió.
El ex seleccionador argentino consideró que «la histeria de la inmediatez, el ganar como sea» pudo haber afectado a Messi y su rendimiento.
«Viene de una estabilidad muy grande en su club de España. Allí maneja los tiempos. Y llega a su país, Argentina, y tiene que ganar como sea, con una histeria colectiva muy grande. Así no se puede. Y si no gana, sabe que se le vienen críticas. Así no se puede jugar ni disfrutar», enfatizó.